Ha llegado la hora de comer y como me pilla el trabajo de casa a poco camino he decido irme a comer con Escrética, la pobre come todos los días sola y ahora que ando tan cerca ¿por qué no comer con ella?
- Hola Escrética.
+ Dula, que raro, ¿vienes a comer a casa?
- Sí, el curro me pilla bastante cerca y como siempre comes sola había pensado en comer contigo todos los días, no sé si te parece bien. Además, comiendo fuera acabo gastándome los pocos ahorros que soy capaz de juntar y algún día me gustaría utilizarlos en algo importante.
+ A mí me da igual lo que hagas, no te ofendas pero ya me he acostumbrado a comer sola. Si quieres venir vienes y si prefieres comer fuera, hazlo. Es cosa tuya, no mía. ¿En qué te quieres gastar los ahorros?
- Vale, entonces vendré cada día a molestarte.
- Es un secreto, no te lo puedo decir.
+ Bueno, vale. Haré la comida para las dos ya que estoy aquí. ¿Qué tal tu primer día? ¿Creías que lo había olvidado?
- Si te soy sincera me sorprende que no se te haya olvidado eso, siempre se te olvidan las cosas. Ha ido aburrido, nada del otro mundo, espero que según avance el tiempo las cosas allí cambien. Si eso no ocurre tendré que reconocer que no es el trabajo de mis sueños, como dijo Antrosa... Nada más llegar aquello era gigante y no sabía dónde ir así que le pregunté a una chica que estaba allí, fue desagradable y muy maleducada.