Capítulo 1

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Los doctores nunca supieron decir que era mi extraña enfermedad, mi piel simplemente se tornaba roja y débil cuando los cambios eran radicales; mi infancia sólo estuvo destinada a ver hospitales pero mi mamá y papá estaban siempre ahí para mí. Al cumplir los veinte años, mamá me ofreció asistir a un campamento para jóvenes de mi edad. Ella creía que eso ayudaría a que olvidara todo lo que he pasado a lo largo de mi vida, por supuesto acepté pero no por que yo quisiera, si no porque ella se veía tan entusiasmada en que yo asistiera a tal campamento
- Hablé con tus médicos y ellos creen que sería estupendo que asistieras. - Me da un panfleto con información del lugar -Se ve que me la pasaré bien - le dije, pero la verdad tenía miedo de lo que pudiera pasar. Ella sostuvo mi mano y me vio directo a los ojos - Sé que es apresurado, pero quiero que disfrutes de la vida y conozcas a más personas, tú papá y yo siempre estaremos para ti; hablamos con los encargados del campamento y estarán al pendiente de ti si se presenta algún inconveniente.
Alicia, la muchacha de limpieza, ayudó a preparar mis maletas, una de ropa y otra de medicamentos; llevó todo al coche y subí con ayuda de ella. Durante el camino papá y mamá me veían y yo a ellos pero no dijimos palabra alguna, el viaje fue largo, cinco horas quizá más.
Llegamos al campamento, habia muchos jóvenes caminando con sus mochilas y maletas, Lucian felices
Algunos parecía que ya se conocían.
-Llegamos- dijo papá y salió del auto, en seguida mamá quién me dedico una sonrisa por el retrovisor; suspiré profundo, me sentía nerviosa, después de todo esta sería la primera vez dónde hablaría con personas de mi edad, no serían doctores ni enfermeras, no más batas blancas, ni pasillos solo jóvenes con ropas de mil colores y naturaleza. Me puse mi sudadera y coloque el gorro de la misma, no quería una bienvenida dónde todos pusieran su mirada en mí; abrí la puerta del coche y bajé, nadie me observó mas que mamá y papá que sostenía mis cosas -Empezamos bien -pensé.

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