Capitulo 6

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Los rayos del sol iluminaban con lentitud su rostro haciendo que despertará, no estaba acostumbrada a que el sol fuese quien interrumpirá su sueño, siempre se consideró una increíble despertador humano, ¿Qué había cambiado tanto desde entonces?. Ah sí, el ruido en la cocina le recordaba cual era el motivo de las desveladas que la hacían ponerse tan feliz.

Se levantó con cuidado, estirando sus brazos para desperezarse y levantarse, la camisa blanca se escurría por uno de sus pálidos hombros de lo grande que le quedaba; por supuesto el tamaño de ambos era distinto. Sintió un satisfactorio escalofrío cuando sus pies tocaron la fría baldosa del suelo y se levantó de un movimiento.

Camino sin prisa por el pasillo hasta bajar por las escaleras, podía oler el exquisito aroma a huevos y no falto mucho para que la vista de la cocina abierta deleitara sus ojos al ver su guapo novio revolviendo la sartén intentando –posiblemente- no quemar la cocina. Sehun estaba tan concentrado que no notó su existencia ni siquiera cuando tomó asiento en el taburete, llevaba apenas los pantalones de pijama y dejaba a la vista sus impresionantes hombros que la hacían suspirar.

El pelinegro se giró al escuchar el sonido y sonrió al verla, esos ojos se hacían minúsculos cada vez que sus dientes aparecían... era tan tierno. ¿Cómo se había enamorado de un chiquillo?, por supuesto su amiga no dejaba de molestarla con eso, además...

El timbre sonó y una ceja se levantó en su cara, su novio sonrió y se acerco a ella para depositar un pequeño beso en sus labios.

—Iré a ver quién es — confirmo mientras dejaba detrás de la oreja uno de sus tantos mechones castaños rebeldes — te ves preciosa recién levantada — le guiño un ojo en forma juguetona haciéndola reír.

—¡Ya! — Grito entre risas cuando Sehun se había inclinado en su cuello haciéndole cosquillas — Ve a abrir — le contesto mientras se bajaba y le daba una nalgada sonora haciendo eco en la habitación.

El chico solo sonrió y se fue a abrir, por su parte se dispuso a echarle un ojo a los huevos porque desayuno "tostado" no estaba entre sus planes, hasta que una voz conocida le hizo levantar la vista.

—¡Irene! — La pelinegra entro con esa energía abrazadora que poseía y fue corriendo a abrazarla — ¡Oh! — se detuvo al cruzar el mesón de la cocina y encontrarla solo vistiendo la camisa de su hermano — creo que he llegado en mal momento — giro la cabeza con una mirada divertida.

—Si hubieses llegado anoche si sería un mal momento — le debatió su amiga haciendo que ambas rieran. Irene no iba a negar que aún se sonrojaba un poco por el tema porque...¿Qué tan normal era salir con el hermano menor de tu mejor amiga?; al principio fue incómodo, pero con el tiempo fue algo con lo que se pudo acoplar, además Seulgi la quería como si fuera su hermana.

—Cariño no la atosigues — La voz del comandante la hizo salir de sus pensamientos volviendo su cara una expresión de horror porque una cosa era recibir a su mejor amiga en paños menores, pero definitivamente recibir a su superior en las mismas condiciones no estaba bien, ¡no lo estaba!.

Irene se ocultó detrás de Seulgi cuando el rubio entro por el pasillo seguido de su novio que la miraba divertido. ¡¿Cómo no le ayudaba?!, entrecerró los ojos advirtiéndole por el hecho pero solo se ganó una sonrisa maliciosa de respuesta.

—Tus eres el que la atosiga, cariño — rodó los ojos con diversión la pelinegra mientras el rubio la miraba sin entender.

—Suho, ¿quieres ver la última adquisición del Xbox? — finalmente el alto se apiado de su linda novia, distrayendo a su despistado jefe y guiándolo hacia el "cuarto de los hombres", con sus máquinas y videojuegos.

The key to freedom [Sebaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora