Capítulo Uno.

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- ¡Es un idiota no tienía porque jugar así contigo!

- Lo sé, pero olvidalo ya ¿Vale?

- ¿Que lo olvide? ¿Cómo? ¡Si jugó sucio con mi Mejor amiga! - exclamó Matth.

- Vale, si es un estúpido..

- El estúpido más grande del mundo.

Reí, Matth siempre decía esa frase, cada vez que algún tío jugaba sucio conmigo.

Matthew James, ha sido mi Mejor Amigo desde que tengo uso de razón.

Al principio era el amigo de mi primo Mike, pero desde que el se mudó, Matth y yo somos amigos. Comenzamos con molestas peleas y discursos, ya saben, teníamos nueve años, eramos solo unos molestos niños que peleaban por sus juguetes. Pero El lazo de amistad que teníamos, fué cambiando, nos volvimos confidentes, mejores amigos y en cierto modo hermanos. Fisicamente, no estaba nada mal, ojos color miel, Pelo castaño, piel blanca, y se podría decir la estatura Perfecta. Pero a pesar de su apariencia no había tenido muchas tías en su lista. Era Divertido pero con las chicas era tímido, y las experiencias que había tenido tampoco son del todo agradable. Cuándo estaba en sexto primaria, se declaró a una chica, Ashley, el comenzó a tartamudear, y esta le dijo que era un fracasado. No era eso, Matth no era ningún fracasado, era simplemente respetuoso; Era un chico que buscaba más que enrollarse con una chica, buscaba algo verdadero y sincero. Tal vez, y creo que doy gracias por eso, él no sea un Don Juan pero de algo si estoy segura, Es el Mejor Amigo de todos.

- ¿Sabes? Susan de último curso, está sin ningún compromiso ahora - continué mostrando mi mejor sonrisa.

- ¿Tendrás tiempo nuevamente para tu mejor amigo?

- ¿Acaso ha sido mucho mi descuido?

- Demasiado - bromeó Trágicamente.

- ¿Te gustaría la idea de ir al cine hoy?

- Claro, pasaré por tí a las cuatro ¿Vale?

asentí.

- Vale.

Eran Las tres en punto, pero tenía que arreglarme lo más pronto posible, era viernes y el tráfico de viernes era de lo peor. Opté por usar unos Keds azules estampados, unos shorts color beige, una blusa de manga a medio brazo con rayas azules. Peiné y alicé mi cabello. Eran las cuatro y diez, el tiempo se había pasado rapidísimo, y por parte de Matth, había habido un retraso.

Pero Minutos después, la bocina de Matth se oía por toda la casa bajé las escaleras, me despedí y enté al auto de Matth.

- Lo siento, el tráfico está de los pelos.

- No debes hacer esperar a una chica.

- Eso sería en una cita - me desafió.

- ¡Protestó! Cita ó no, no debes hacer esperar..

- Esto no es una cita - exclamó.

- Lo sé, pero te digo..

- ¿O acaso lo es? - me alzó las cejas coqueteando. No pude evitar soltar una carcajada.

Nos Saludamos y luego Matth abrió la puerta del copiloto, me alzó la mano y dijo: "Madam"

Solté otra carcajada, cerró la puerta, y se subió el. Tomó mando del volante, prendió el radio a bajo volumen y encendió el motor.

- Que linda blusa - dijo mientras señalaba mi blusa de rayas.

- Gracias.

- Y ¿Que película veremos?

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