Cena

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Bien, me veo bien. Muy masculino. Bien —pensó Kirishima al mirarse en el espejo, con el quinto cambio de atuendo que tenía ese día.

Era sin duda mucho mas difícil mirarse únicamente iluminado por velas, pero ya se había acostumbrado a la oscuridad lo suficiente.

Hace un instante había llamado al restaurante y milagrosamente conseguido una reservación. Tendrían una cita "malditamente romántica" como diría su novio, quiera o no. Aunque, bueno, no tanto. Bakugou tendría que querer para ir, porque se sentiría mal por llevarlo a un lugar a la fuerza y que este lo pase mal. Pero lo pensó y repensó, lo convencería de que eso era una buena idea. Ya habían hecho cosas románticas antes y el explosivo amor de su vida lo había disfrutado. Vamos, si se puede. Si se puede. Se repitió agitando la manos, mientras giraba la cabeza, saltando en el lugar. Miró fijamente la puerta, puso la mano en el picaporte y salió.

Tuvo que bajar por las escaleras, ya que sin luz el ascensor no funcionaba. Ni bien llegó a la planta baja, vio como varios de sus compañeros hacían una fila frente a la delegada de la clase para que ella les vaya dando linternas a medida que las creaba, velas en diferentes puntos de la habitación y lo más cercano, Kaminari parado frente suyo con ambos pulgares en alto y un tanto de saliva saliendo de su risa embobada.

—HEEEEEEEY —dijo el chico, para que segundos más tarde Ashido asomara su cabeza desde la cocina.

—Al fin llegó —dijo la chica a alguien que estaba detrás suyo, que luego mostró ser Sero cuándo ambos salieron de la habitación— te dije que nos avisaría.

—Fue pura suerte, además, me da un tanto de pena dejarlo al pobre por más de una hora esperando por si a Kirishima se le da por bajar —respondió, levantando el brazo— KIRISHIMA —lo llamó.

El aludido se acercó y pudo ver como Mina entraba a la cocina para luego salir con un plato lleno de comida, en la entrada de la cocina Sero le palmeó la espalda y le deseó una buena cena, para luego ir a buscar a Kaminari y dirigirlo al sofá. Dónde el eléctrico que estaba despertando, el pelinegro y la chica rosa, comerían.

Kirishima se adentro a la cocina para ver como Bakugou terminaba de servir prolijamente un plato en la mesada, poniendo unas decoraciones antes de llevarlo a la mesa donde cenarían. Que estaba cubierta de pétalos de rosas y alumbrado por velas. Kirishima levantó la vista para notar que la habitación tenía adornos similares. Se acercó a Bakugou y lo abrazó por la espalda. Besando su cuello, para luego apoyar su cabeza en su hombro.

—Vaya, hombre. No sabes cuánto te amo en este momento —dijo perdiéndose en el dulce aroma de la comida.

—Mas te conviene, perdí toda la tarde con esto —dijo limpiando un exceso de salsa en el plato.

—¿En serio? Realmente me debes amar —dijo sonriendo contra su cuello. Bakugou chistó, pero no respondió.

—No te acostumbres —Kirishima puso mas fuerza en el agarre de su cintura.

—¿Sabes...? —comenzó el pelirrojo, Bakugou lo interrumpió.

—Se va a enfriar, ve para la mesa. Que esos cursis pusieron esfuerzo innecesario en adornar —dijo, pero no puso esfuerzo en separarlo.

—Sabes, —continuó— estaba pensando una forma de convencerte para ir a un restaurante que me recomendó Tsuyu.

—¿El que hacen comidas con insectos? —Kirishima liberó el agarre y el cenizo tomó ambos platos, girándose— ¿En serio?

—¿Con insectos? —dijo yendo detrás de su pareja para sentarse frente a él— ahora entiendo porque aún tenían lugar —dijo riendo.

Bakugou levantó la mirada hacia atrás de su novio, a la puerta de la cocina. Kirishima lo miró interrogativo, por su cara de enojo.

—NO —escuchó la voz de Kaminari, que parecía haberse despabilado— HASTA PRÓXIMO AVISO, LA COCINA QUEDA CLAUSURADA.

—¿Clausu...? Dejé una torta en el horno —se escuchó decir a Satou, alejándose de la puerta de la habitación.

—Así es la vida —se escuchó a lo lejos la voz de Sero— YA TIENEN POSTRE —continuó, gritando, hablándoles a ellos.

—GUÁRDENOS UN POCO —completó Ashido, siendo seguida por un conjunto de risas. Entre ellas estaba la de Kirishima, que ya había pinchado un pedazo de carne y ahora se lo dirigía a la boca.

Mordió y empezó a masticar. Deliciosa, deliciosa carne. Su rostro reflejaba extrema felicidad.

Tragó y observó a Bakugou, tomando su mano.

—Te amo —dijo mientras la acariciaba y se perdía, un poquito, en sus ojos. Bajó de nuevo la mirada, concentrándose de nuevo en la rica comida.

—Yo también te amo —soltó Bakugou, siendo recibido por una dulce sonrisa.

Esas cursilerías valían la pena, el año siguiente le haría chocolates. Pensó, mientras se llevaba el tenedor a la boca.


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Tarde pero seguro (?

Necesitaba meter un poco de Kamijirou, pero no sabia como encajar la historia que tenia pensada para ellos o la actitud que tomara Jirou para ese día con Kirishima y bueno, las parejas son de a dos y Bakugou mucho no había hecho hasta ahora. Y como el que quería festejar era Kirishima, tuve que ponerlo hablando con una chica (y que el TokoTsuyu no se quedara afuera), así que esto salió.

Ahora si, esta completo. Espero que les haya gustado y gracias por leer.

Entre chocolates y demás cursilerías #LCA18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora