Prólogo: Circo y payasos

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<Changkyun/Daniel>

Desde pequeño Changkyun se acostumbró a un ambiente algo frío y estricto. Su padre era científico y su madre una ama de casa que siempre pasaba tiempo con su padre ayudándolo en investigaciones, así que el mantenerse quieto y callado era lo que mejor le salía. Changkyun de niño solía pedir muy pocas cosas, eso facilitó el no ser regañado y que se lleve bien con sus padres.

A los cinco años, Changkyun, fue llevado a Estados Unidos por trabajo de sus padres. Una vez pisando tierra norteamericana sus padres comenzaron a llamarlo Daniel, y no solo ellos, todo su entorno lo llamaba así.

Aprendió y disfrutó de la soledad, causando que se vuelva un niño solitario con una personalidad 4D.

A los seis años ya ingreso al colegio, pudo haber seguido con las clases particulares que tomaba desde los 4 años, pero sus padres preocupados por la "inexistencia" de su hijo pensaron que le haría bien psicológicamente y lo ayudaría a fortalecerse.

Daniel era un niño demasiado inteligente para estar con los de su edad y las clases se le hacían demasiado aburridas, así que no solía prestar atención. Un día en literatura, la señorita decidió contarles un cuento "La Sonrisa del payaso". Al principio Daniel no le presto atención pero la trama lo atrapó, a tal punto, que le dio curiosidad si era real o no.

Quiso poner en práctica el método tan famoso que leyó y vio a su padre poner en práctica... El método científico, con ello se aseguraría de que es cierto y no fallaría... O eso pensó su mente de seis años así que por primera vez decidió pedir algo a sus padres.

-Madre, padre quiero ir a un circo- su vocecita suave y segura resonó en medio de la cena.

Esa noche escucho a sus padres pelear entre medio de palabras "fue tu idea que vaya a un colegio" y "debe vivir su infancia".
Claramente el padre de Daniel no quería que su hijo se "arruine" y mantenerlo en casa en un ambiente mas "culto" como en su hogar mantendría sus neuronas activas. En cuanto a su madre, ella decidió sacar su cabeza del agujero que eran los papeleos de las investigaciones de su esposo para encontrarse a un niño de seis años que sabía de todo menos sociabilizar y debía de aprender a hacerlo, después de todo, su hijo, tenía ser perfecto y ser sociable le ayudaría mucho en el mundo de los negocios donde quería que él se incorpore de adulto.

Aunque la madre de Daniel no quería que él vaya a un circo, por miedo a que quiera hacer cosas peligrosas. Daniel debía ser un buen empresario.

No quería que trabaje de payaso, que haga piruetas en motocicleta o que apagara fuego con la boca o que lo escupiera.

No quería que trabaje de payaso, que haga piruetas en motocicleta o que apagara fuego con la boca o que lo escupiera

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Definitivamente NO QUERÍA QUE SU HIJO VIERA O INTENTARA ESO

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Definitivamente NO QUERÍA QUE SU HIJO VIERA O INTENTARA ESO.

Pero de igual forma accedió y cedió ante la primera petición de su hijo con la condición de que se irían antes de que aparezcan las escenas riesgosas.


Hasta ahora todo marchaba al igual que el cuento y confirmaría su primera primera teoría que armó y dedujo por sí mismo. Se llenó de orgullo ante la primera prueba que le puso a su inteligencia. El ser conservador/a volvía el cuento en una realidad. Ahora faltaba ver si existía esa sonrisa falsa.

El tan esperado día llego y su madre de mala ganas lo acompañó, el acto se abrió con una sensual escena de baile.
Había chicas jóvenes y de cuerpos voluptuosos bailando con muy poca ropa, pero eso no le llamo la atención, él estaba esperando el payaso para confirmar el cuento y su teoría.

Le escena de baile terminó y lo reemplazó otra con aros para seguirle un acto de magia en forma de bienvenida al circo. Si, se sorprendió al verlos pero luego de mirar otro poco dedujo todo el acto y ya no le entretuvo más. Daniel era un niño demasiado realista para estar viendo a un mago o estar en un circo, pero él solo esperaba poder ver a los payasos que todavía no salían.

El gran acto principal no se hizo esperar mas y tras una bomba de humo que lanzo el mago para "desaparecer" luces multicolores y música animada cambio el ambiente de un tirón y los payasos aparecieron.

Después de tantas vueltas de payasos por el lugar, uno se acercó al pequeño Daniel. Daniel tiro del abrigo de su madre.

-Volvamos- con rostro y voz inexpresivos.

Su madre se apuró a sacarlo de allí, por temor de que alguien termine saltando del techo con una cuerda a su cintura o motociclistas salieran o un tipo con alcohol en la boca y fuego en una antorcha salga.


Daniel no pudo haber estado mas satisfecho y realizado con sigo mismo, su primer hipótesis fue correcta. Y la segunda también.

Solo necesitaba que los payasos confirmaran una última parte de su hipótesis, que era:

"Al igual que los payasos las personas tienen maquillada una mascara en sus rostros".

Al igual que su señorita del colegio que sonreía y mostraba estar feliz rodeada de niños tontos que se sacaban mocos, al igual que la ama de casa que trabajaba para ellos que simulaba ser feliz con su empleo y pago, al igual que su padre cuando sonreía y reía de cada chiste pésimo que hacían algunos de sus proveedores y al igual que su compañero de secundaria en Corea, Lee Jooheon, que sonreía cada vez que alguien aparecía.

Lee Jooheon, él era el peor de todos, su sonrisa casi parecía natural, y eso, le daba una gran porción de asco a Daniel, quién solo se limitaba a ignorarlo. Pero un día decidió realizar otro experimento, del cual Lee Jooheon participaba sin saberlo.





Sonrisa de payaso [+18] [JOOKYUN] En CursoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora