Don't let me go (Harry Styles)

Capítulo 11

¡Hola! Seré breve, iba a cancelar mi novela pero ayer me metí en Descubre y la ví en recomendadas y claro, me motivó. Eso significa que, voy a seguir la novela, pero no sé exactamente cuando subiré los capítulos. Mientras, disfrutad de este.

-Venga Esther, dale la noticia.

Eso fue lo último que dijo mi madre, y toda mi familia.

Se había creado un silencio incómodo, muy incómodo. ¿Tan malo era lo que me tenía que decir mi hermana? Que yo sepa no había motivos para que ocurriese ninguna desgracia en mi familia, que yo sepa claro...

Cinco minutos, tan solo veía miradas entre mi madre y mi hermana mientras que mi padre, Danny y yo esperábamos una noticia la cual yo era la única sin saber.

Me estaba cansando del silencio.

-¿Lo vas a decir o no?- Dije rompiendo el ambiente incómodo que se había creado y que tanto odiaba.

Esther suspiró.

-De acuerdo.- Miró a mi madre.- Sigo pensando que es muy pronto mamá.- Dijo intentando evadir el tema.

-Díselo.- Dijo seria ella.

-Vale.- Dijo Esther refunfuñando.- Que conste que yo quería darte la noticia mañana pero...- Esther fue interrumpida.

-¡Suéltalo de una vez!- Dijimos todos a la vez.

-Vale, vale.- Dijo poniendo los brazos en alto.- En dos semanas te vienes conmigo a Nueva York.- Dijo tan tranquila.

Oh dios mío.

¿¡Cómo!? Esto es un sueño.

Una voz interrumpió mis pensamientos.

-¡Rachel!-Gritó alertada mi madre.- ¿Quieres dejar de pellizcarte los brazos de una vez? ¡Se te están poniendo rojos!

Ups, era verdad.

Miré mis brazos, pronto tendría algunos moratones. Ni siquiera me había dado cuenta de que me estaba pellizcando.

Qué loca.

-¿Es en serio?- Hablé al fin.

-Claro, vacaciones de navidad, tontorrona.- Dijo obvia mi hermana.

Se me había olvidado que dentro de poco me darían las vacaciones de navidad. Mola.

-Qué guay ¿no?

Sí señores, esas son mis palabras ante tal noticia.

Este es uno de los momentos en los que me entran ganas de que mi yo del futuro venga y me pegue una buena hostia, porque la verdad es que estaba para pegarme de lo tonta que era.

-Qué dices ¿te vienes o no?- Preguntó emocionada mi hermana.

-Sí, claro.- Dije sonriendo.- Entonces... ¿Sólo Esther y yo? ¿En su piso?

-Ajá.- Dijo mi madre.

-Mola. Exactamente, ¿qué día nos vamos?- Pregunté frunciendo el ceño.

-El uno de diciembre.

-Quedan más de dos semanas para eso.- Dije cruzándome de brazos.

-Ya bueno, es igual.- Dijo mi hermana.

Ella para contar... Malo.

-¿Y cuándo volvemos?

-El veintisiete del mismo mes.

-¡Dios! ¡Estoy casi un mes allí!- Dije, ahora sí, sonando emocionada. Y lo estaba.

-Sí, espero que os portéis bien.- Intervino mi padre.