Capitulo 35

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Narra Cepeda


Cuando senti su mano sobre la mía me relaje poco a poco. Cada vez que miraba esos ojos mi mundo se paraba y hacia que todo estuviese bien. Me interrumpieron los pensamientos  preguntándome si quería que viniese un medico pero dije que no hacia falta mirando a Aitana. Ya tenia al medico conmigo dije en mis pensamientos..

Pude notar como se sonrojó. Sabia que para mi, que estuviese ella conmigo lo arreglaba todo aunque las cosas estuviesen frías.


-Quédate con él, vale Aitana? os damos el día libre- Nos dijo Noemi


Decidí ir a la habitación y Aitana me acompañó.  Me tumbe en mi cama mientras suspiraba. No entendía como una persona de 18 años trastocaba tanto mi vida.


Ella se sentó en frente mía para no incomodarme pero al revés, lo que mas necesitaba después de estar esta semana separado de ella era sentirla conmigo.


-No, ven aqui conmigo- me aventuré a decirla


Note como rapidamente vino hacia mi y se tumbo a mi lado. Volví a acariciarla como en la clase que habíamos tenido hace apenas unos minutos, pero esta vez era sin tensión, sin que nadie nos estuviese mirando, solo ella y yo.


-Aitana- le dije serio

-¿Sí?- Mientras me miró

-Me da igual todo, me da igual que me hayas querido ocultar algo que sabias que me iba a doler, me da igual de veras, pero lo único que no me da igual eres tu- dije mientras tragaba con ese ultimo ''eres tú''- Me has hecho sentir, me has dado cosas que nunca nadie me había dado y ante todo quiero decirte gracias-


Podia notar como sus ojos se llenaron de ilusión quizás. Tras soltar todo eso, mis nervios se pasaron, y sentí tal relajamiento en mi cuerpo que me quedé dormido.


No sé si estaria soñando, no sé si seria verdad pero escuche el 'te quiero' más sincero de mi vida.


--


Al día siguiente


Después de unos dias se amargura por fin me desperté siendo el que yo era. Hacia mis bromas con Roi, asustábamos a Amaia, picaba a Ana como la que más pero no paraba de mirarla. Seguimos teniendo ese pequeño distanciamiento pero casi todas mis miradas iban para ella. Todavía tenia que 'recomponerme' de lo sucedido aunque el 90% ya lo estaba.

Después de pedir durante varios días que nos trajesen todo lo de navidad, ya lo teníamos en nuestras manos. Desde pequeño no ponía el árbol de navidad y me hacia demasiado ilusión. Aitana también quería así que decidimos ponerlo ambos. 


Cada adorno que poníamos, nos mirábamos y no podíamos evitar 'sonreír'. 


-Luis porfa, pon la guirnalda alrededor del árbol, que no llego- me dijo nerviosa.


Sonreí y la cogi.

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