—¿Qué tenemos Foreman?—Preguntó el más que de cliché policía que no obedecía a la regla de vestir uniforme, con gorro y gabardina, los dedos amarillentos como sus dientes de tanto fumar y con el aliento apestando al alcohol que sustituía a la sangre en sus venas.
—Por Dios Santo Williams, ten la mínima decencia de ducharte antes de venir atrabajar. —Se quejó el forense, sin apartar su mirada tras las gafas del uno de los 23 cadáveres que componían el sangriento y macabro espectáculo ante ellos. —Y creo que no es muy difícil de adivinar si miras un poco a tu al rededor.
—No vengo de casa, ni siquiera he dormido. Relájate. —Gruñó el detective, mientras giraba la cabeza. Trafalgar Square, donde, al final de obelisco habían atravesadas seis personas, mientras que otras seis personas conformaban un ''HELLO :)''. Era incluso cómico. Cabía destacar que los puntitos de la carita sonriente eran cabezas, uno del hombre doblado que se colocaba en el palito intermedio de la E y el otro dela sonrisa de la carita.
Trafalgar Square, una delas plazas más céntricas de la capital británica ahora estaba vetada al público. No era un sitio aislado y el policía había tenido que abrirse paso a codazos entre periodistas para entrar a la escena del crimen. La sangre era escasa, por lo tanto no habían sido asesinados allí, y, además, era un sitio muy abierto, la gente se habría dado cuenta. Habían sido, según algunas observaciones que comentaba Foreman, el forense, torturados y maltratados antes de su final. Las otras siete personas restantes estaban esparcidas por la plaza, decapitadas, descuartizadas, un brazo por aquí, otro por allá. Lo curioso del asunto es que todos, a pesar de la sangre de sus cuerpos, conservaban sus carteras, sus llaves, sus móviles,absolutamente todo, y sus trajes impecables, porque otro dato que cabía destacar era que el oficio de las personas allí presentes,tanto hombres como mujeres, eran parlamentarios, abogados y jueces influyentes en Londres. Gente de renombre que era invitada a cenas de gala y fanfarroneaban fácilmente con vinos que superaban el salario medio de un trabajador.
Todo debió ocurrir al mismo tiempo, porque no se habían presentado denuncias. Debía de haber sido alguien muy poderoso para tener a los suficientes hombres como para secuestrar y matar simultáneamente a 23 personas y luego organizar y orquestar todo para que nadie le viese colocar allí en lo alto los cuerpos. Vamos, era hasta ridículo la idea de que absolutamente nadie supiese nada de esos cuerpos allí colocados más que por sus caras en las teles y sus nombres en las noticias.
El policía resopló. Le dolía la cabeza, iba medio borracho y no había dormido en dos noches. Las putas eran caras y no había llegado a follarse a ninguna esa noche porque el maldito anillo de oro le pesaba y le quemaba en el bolsillo.
Williams estaba divorciado y con una hija, pero durante una época, su época de oro, se había casado con su trabajo, desatendiendo a su familia. Se dio cuenta demasiado tarde de que le había perdido. Se dio cuenta con la demanda de divorcio hacía 5 años ante sus hijos. Y tras eso, su época de oro se vino hacia abajo, dándose a la bebida, a las putas,y a la decadencia de Anthony Williams. Sin embargo, era muy bueno con éste tipo de crímenes, por eso, había que estar muy desesperado para contactar con ese hombre.
—Joder, menuda carnicería. —Se quejó el que, por deducción del espectador, en una película, sería el compañero del detective. Al contrario que Williams, un hombre de 45 años, con los ojos grises, hundidos, con barba de 3 días, moreno, descuidado de pelo azabache y alto, aún fuerte, su compañero, Iglesias, de origen hispano, era delgado y menudo, pero más veloz que una bala e inteligente, pero no era el típico cerebrito, ese era Steven.
—Y que lo digas. Asuntos internos, Inteligencia, Servicios Secretos, el gobierno entero se va a volver loco. No ha sido una desaparición, no ha sido un secuestro.No han pedido dinero. Fue todo de golpe, ésta noche. Tendrían una reunión o algo para que sus mujeres y maridos no llamasen por la mañana buscándolos. Quien lo ha hecho sabía sus rutinas, o cualquier cosa. Y tiene el suficiente poder como para haberlo hecho todo simultáneamente. Joder, nos ha jodido bien, esto está tan abierto que sale en todas las televisiones de Gran Bretaña y dentro de poco del mundo. Nos van a comer como no resolvamos esto. —Dijo Williams con un gruñido gutural que brotó desde el fondo de su demacrada garganta, por el alcohol y el tabaco. En cuanto le dio su segunda calada, Foreman se lo quitó de los labios y lo apagó, con reproche.
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Él.
Mystery / ThrillerTodos saben quien eso, pero nadie sabe su nombre. Todos han visto su rostro, pero nadie sabe quien es. Todos han vivido con él, pero nadie sabe su pasado. ¿Quién es él? #108 Misterio/Suspenso [31/3/2018] Obra registrada con todos los derechos res...