Capitulo 6.

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-¿Quién es tu Dios griego favorito?. - pregunta Venus a Eros.

Algo que caracteriza al Dios del amor es que le gusta jugar con los humanos, al igual que a la loca diosa. Eros es grande, vistiendo ropas de la época al igual que Venus; cabello azabache, ojos de un color que al dar el con el sol se contrastan con un rojo, intimidantes y controladores; digno de ser una deidad, siempre llevando flechas y arco, Eros es al que muchos pueden llegar a catalogar como cupido.

-Sin duda Hefesto. - responde Eros.

Hefesto es el Dios del fuego y la metalurgia, hijo de Hera y fue desterrado hace mileneos del Olimpo por su físico; Hefesto es cojo y desgarbado, pero, tiempo después volvió al Olimpo por haberse convertido en el esposo de Afrodita.

-¿Ese intento fallido de Dios?. - se burla la pelirroja.

Eros se recuesta en la puerta de la camioneta negra.

Estos dos aburridos dioses han decidido estar entre mortales, todos, excepto estos dos y otro dios se encuentran preparándose para la guerra.

-El es quien crea mis arcos y  armas; además no habla a menos que yo lo pida, el mejor después de mi claro.

Venus hace hacia atrás su cabello y coloca sus mano en dos dedos, fingiendo una pistola mientras "apunta" a dos hermanos que se llevan dos o tres años.

Algo parecido a un rayo azul sale de los dedos de la diosa, la azulina luz atraviesa a todos hasta clavarse en el pecho del niño, que de momento queda viendo a su hermanita menor.

-Tenías que ser tu la responsable de los incestos. - se mofa Eros pegándose mas al cuerpo de la pelirroja.

-Amor prohibido, - suspira para después desplegar una sonrisa llena de altivez y malicia. - nada mejor que ver a dos mortales sufriendo para el entretenimiento de dioses.

Eros frunce ligeramente el ceño, no esta de acuerdo con ella, si, tiene razón con esto de que tiene errores de calculo y sus "Flechas" dan a personas equivocadas o no correspondidas, pero el, como fiel dios del amor es amante de este, aunque esta claro que no se ha enamorado. El no puede sentir el amor que tanto regala al mundo, solo siente lujuria, y eso, es lo que esta sintiendo por la pelirroja.

Algo que si los llegaba a agotar era cambiar su estatura, ya que en las estatura normales de los dioses estos ven a los humano como si fueran unos enanos.

Venus, al sentir el aura lujurioso de Eros baja el tirante de su vestido blanco, que esta cayendo en delicadas ondas hasta la mitad de su muslo, acariciando sus hermosas curvas.

Toma la mano de Eros y ambos desaparecen.

Ya son las 12:00 am. Algo que le sorprendió ya que esos dos niños estaban en las calles con sus padres, ¿pero que podemos esperar?, estamos en Los Ángeles.

Venus a llevado a Eros a uno de los antros de Dioniso, dios del vino y el placer, tan conocido como lo era Zeus.

El antro esta envuelto por diversas luces coloridas y blancas parpadeantes, lleno de alcohol y diversas ninfas sirviendo bebidas y bailando haciendo que muchos masculinos hagan conocido este lugar, al que fue llamado "Venus", el, además de sus aliados era fiel amante de esta pelirroja.

La confusión de Eros se disipa al ver como se encuentra al centro de todo el tumulto de gente bailando, mientras siente como Venus enrosca sus brazos al rededor de su cuello, uniendose mas a su esculpido cuerpo haciendo que la pierna de la diosa se roce con su entrepierna.

Dioniso, quien se encontraba disfrutando de las danzas de las ninfas y la lujuria que desprendía de los mortales; se envolvió del aroma y presencia de su amada: Venus.

Se acerco a la baranda y sonrió al ver a la pelirroja, se encontraba dándole la espalda a Eros para asi frotar su trasero con la erección de este dios del amor.

Miro hacia uno de los centauros, que eran los barman y encargados de mantenimiento, que obviamente camuflar sus piernas de caballos con las de humanos, nadie mas que Dioses o descendientes de ellos pueden ver sus verdaderas piernas.

Dioniso asintió y estos apagaron las luces para luego encender solo una, un reflector, iluminando la danza de la pelirroja que al sentir las miradas deseosas y la atención de todos mueve mas su cadera haciendo mas fricción.

Venus mira a Dioniso y le guiña el ojo, esa sencilla acción hizo que el Dios de la lujuria y el vino caminara hacia la pelirrojo, las luces se volvieron a apagar y las luces parpadeantes regresaron.

Venus giro sobre su lugar, las manos de Eros que anteriormente estaban en sus caderas ahora acarician su espalda baja.

-En la guerra... - susurra Venus en su oído. - pelearás contra mi o harás el amor.

Eros no sabe que hacer ante esta disyuntiva, pero, dejándose llevar en la ola de lujuria que se encuentra envuelto decide dar la respuesta deseada de Venus.

Eros peleara junto a ella, peleara para que ella mate a los dioses.

La pelirroja sonríe y lo besa, lo besa sin despegar su mirada de Dioniso que se alimenta y divierte de la gran lujuria que suelta la mas pequeña y peligrosa de los dioses.

Eros, ajeno a lo que pasa se encuentra siendo consumido por el deseo.

No te mato porque eres el mejor en el arco y me servirás de mucho. Pensó la pelirroja.

Termino con el beso y llevo su mano a la erección de Eros, pero ahora sin quitarle a el la mirada, rojo y negro.

Ante la lujuria que desprendía esta diosa la gente grito ya que al hacerla sentir a "cupido" también hace que los mortales la sientan.

Dioniso llega a lado de ambo dioses, Eros lo reconoce mientras esboza una sonrisa.

Ambos dioses se encuentran en un hilo de amistad, cualquier diminuto conflicto romperá su acercamiento.

-Hace un mes no te veía, Eros.

La voz de Dioniso es profunda y ronca, su excitante cuerpo junto a su bronceado piel; ojos color miel y cabello rubio oscuro.

Eros llega a venir mucho a este lugar, ya que se le facilita encontrar orejas aquí.

-Venus, - la saluda con un movimiento de cabeza, respetandola. - mileneos anhelando poder ver y sentir tu presencia.

Venus se relame los labios y ambos dioses se miran, negro y miel. Lujuria contra lujuria.

Venus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora