Tabita es una gamer que está enamorada de su mejor amigo, un chico encantador que apareció de la nada en su edificio. Lamentablemente ese chico maravilloso ya tiene novia y ella se mantiene al margen a pesar de ser testigo de su penosa relación.
No...
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Para el aniversario de dos años de noviazgo, Sam planeó una escapada romántica a un hotel rústico.
A la mañana del segundo día Tabita y él pidieron el desayuno sentados en la terraza de su habitación del hotel a la brisa de las alturas.
-Ya lo he dicho, eres el mejor planeando citas cariño -alabó ella a su novio para enceguida meterse a la boca un enorme trozo de tortita con sirope de arce.
Sam tan solo la observaba ensimismado.
Tabita intentaba masticar lo que tenía en la boca mientras continuaba cortando otro trozo en el plato.
-Deberíamos casarnos -soltó Sam de repente.
Tabita dejó de intentar masticar el bulto que tenía en la boca y lo miró ojiplática.
-¡¿Je?! -pronunció más o menos.
-Quiero casarme contigo -manifestó de nuevo.
Tabita masticó con rapidez lo que abultaba en su boca.
-Cariño eso es muy bonito.
Sam estiró la mano y cogió la de ella.
-Eres el tesoro de mi vida y no quiero perderte, y temo que con mi temperamento un día te aleje de mí... -calló y cerró los ojos.
-Sam, eso no pasará. Lo que dices es absurdo. -Tabita cogió si vaso de zumo de naranja y bebió.
-Tabita si aceptas casarte conmigo me estarás haciendo el hombre más feliz. -Él la observaba con absoluta seriedad, casi melancólico.
-Sam cielo, puedo asegurarte que el día que me lo pidas yo te diré que sí. No tengas ninguna duda de ello, pero ahora por favor, deja de pensar en cosas sin sentido vale.
-¿Me dirías que sí ahora mismo?
Tabita lo observó notando cuan nervioso y afligido por la idea se encontraba.
-¿Sam por qué estamos hablando de esto? -inquirió con el fin de aclarar el tema.
-Tabita, si bien podría decirte que no hay nada que pensar, el hecho es que sí, lo he pensado mucho estos meses y estoy decidido. Tanto que...
Sam rebuscó en su sudadera y cuando Tabita pensaba nerviosamente que Sam iba a extraer algo cúbico de allí, él la sorprendió con un sobre blanco pequeño.
Sam se puso en pie y rodeó la mesa del desayuno en la terraza y fue hasta ella e hincó una rodilla al suelo.
-Tabita Verón Sanders... ¿Aceptarías casarte conmigo? -Y le ofreció el sobre.
Tabita lo miró frunciendo el ceño al tomar el sobre. La abrió y extrajo una tarjeta con un logo muy conocido.
<<...Vale para un anillo de compromiso en Tiffani's...>>
Tabita se llevó una mano a los labios cubriéndose la boca por la que acababa de escapársele un sollozo entremezclado con risa. Las lágrimas de felicidad tampoco tardaron en hacerse presentes.
No sabía cuán emocionada podría ser ese momento.
-Ya está pagado solo tienes que elegirlo, como tú no eres de joyas pensé que querrías elegir... -Tabita ahogó sus palabras con un abrazo tenáz que hizo a Sam perder el equilibrio y caer al suelo con ella encima.
Ella le dio un efusivo beso en la boca que se alargó y alargó...
Y alargó...
-¿Entonces aceptas? -preguntó Sam ansioso.
-Sí, acepto -rio ella emocionada.
-Mi vida...
Esta vez ha sido Sam quien la besó como si no hubiera un mañana.
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FIN
🖤Espero que lo hayas disfrutado🖤
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