VIII. Backstage

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"But there comes you
to keep me safe from harm.
There comes you
to take me in your arms.
Is this just a game?
I don't know."
-Just A Game, Birdy.

○○○

-Por el amor.-Dice Agoney por el micrófono, frente a toda la gente que está allí, en el concierto de Barcelona, la apertura de la gira, y todos los que lo están viendo por las pantallas de sus móviles.
-Por la libertad.-Le sigue Raoul.
-Y por la visibilidad.-Acaban juntos.

Toda la gente está espectante, temblando solo de pensar en presenciar tal momento en directo, en persona. Ellos lo saben. Ellos lo saben y les van a dar lo que quieren.

Se besan. Frente a más de 17.000 personas que, por un momento, pierden todo el control sobre sus cuerpos, dejan un instante de respirar, sus corazones laten a la vez. Son una sola alma.

Y ellos dos también. También pierden el aliento, sus coraznes laten a la vez. Son uno.

En ese preciso instante existe "Raoul y Agoney", solo "Ragoney".

Pero ninguno de los dos se permite perder el control.

Se separan y, tras observar la cara del otro unos instantes, sin poder apartar la mirada, se giran sonriendo a su público, tomados de la mano, bajo los focos, aplausos y gritos. Bajo la revolución que han creado, ya que aunque no lo sepan, acaban de ayudar a muchos jóvenes a ser ellos sin miedo.

-Ago...-Le llama cariñoso el rubio, ya en la zona del backstage.

Raoul se acerca a él y el canario, al verle las intenciones, se hace a un lado antes de que el catalán pueda intentar besarle.

-No.-Le dice fríamente.-Ya sabes que no somos nada, esto es solo por ellos.

El rubio asiente lentamente, claramente decepcionado y dolido por las palabras del castaño, aunque ya lo sabía, pero tenía la esperanza de que el otro cambiase de idea al ver lo que juntos habían creado.

-Te tiene loco y pasa de ti.-Dice con tono cansado una voz femenina a su espalda, cuando el otro chico ya ha ido a juntarse con el resto de los chicos de Operación Triunfo.-Todos hemos pasado eso alguna vez pero, chico, a ti te ha dado bien fuerte.

Raoul se gira y ve a Aitana, la más joven de las chicas y uno de los grandes apoyos que tuvo en la academia, más preciosa incluso de lo normal con la ropa que lleva esa noche.

-Eso es porque yo también le gusto.-Dice en bajo, aunque no sabe si él mismo se lo cree.
-Está jugando contigo.-Le corrije la catalana.
-Lo sé.
-¿Y por qué le dejas seguir?

El chico se calla, planteandose la respuesta que, aunque sabe perfectamente ya que no se la saca de la cabeza, le aterroriza decirla en alto, como si fuera a matarle.

-Porque le quiero.-Susurra casi en un suspiro.
-Estás encoñadísimo...

Su amiga se ríe, apenada, y la risa de esta deja a Raoul entre perplejo y molesto.

-Eso es mentira.
-Ya, claro, y Cepeda en el fondo es un buen tipo...-Se ríe irónica.-Deberías hablar con él.-Añade ya más seria.

Raoul asiente y decide hacer caso a su amiga, que tiene más experiencia en el amor que él y, además, suele darle buenos consejos.

Va enn busca de Agoney, preguntando al resto de sus compañeros pero nadie parece haberle visto desde que salió a cantar "Manos Vacías" con él, así que no le ayudan mucho. Hasta que Ana, que está apoyada en una pared, hablando con Mimi, le dice que le ha visto entrar en una puerta que da a un camerino en frente suyo. Raoul les da las gracias y entra sin siquiera llamar a la puerta.

Grave error.

Lo que encuentra dentro le deja sin palabras. Le deja sin palabras y, además, dolido. El mismo chico al que besaba hace tan solo unos minutos sobre el escenarioestá allí, besándo a otro.

Ricky.

-Eres un cabrón.-Le grita Raoul, antes de salir corriendo del camerino, ocultando sus lágrimas.
-Ve tras él.-Le dice el mayor a Agoney.
-No quiero.-Contesta el menor, tratando de besarle otra vez.
-No.-Le para Ricky.-Agoney, tú no eres así. Ve y arregladlo.

El canario acaba aceptando de mala gana y sale en busca del rubio. Ya le ha dicho que no son nada, no sabe de qué se sorprende, pero hasta él mismo sabe que eso que dice no es del todo cierto, ya que para el resto de la gente son algo. Para el resto de la gente son algo más incluso que una pareja, son amor, libertad y visibilidad, son una emoción, un sentimiento, son valentía, un referente. Son "Ragoney".

Y no puede negar que le ha cogido más cariño del que le gustaría admitir al catalán.

-Raoul, yo...-Trata de disculparse cuando le encuentra.
-¡Déjame en paz!-Grita este llorando.-¿Qué pasa? ¿Ricky se ha cansado de liarse contigo y entonces ahora vienes a donde mí? Eres un cabrón. Que te jodan.

Agoney se queda perplejo al oir todo lo que el otro piensa en ese momento de él y, muy dolido y desesperado, trata de disculparse otra vez más.

-Solamente quería...
-Vete.-Le interrumpe Raoul.
-Pero...
-¡Que te vayas!

El castaño trata de insistir una vez más y entonces Raoul, harto de que el otro ignore todo lo que se la manda y haga lo que quiera, completamente fuera de sí, le pega un puñetazo, y le habría pegado más si Marina no hubiese intervenido.

-¡Raoul! ¡Para!-Le grita la chica, tratando de sujetarle, alejándole de Agoney.
-Eres asqueroso.-Le dice Raoul, sin gritar, dejando de forcejear para escaparse de Marina.-Ojalá te mueras.

Al poco, llamados por los gritos, llegan todos los demás y entre Aitana, Marina y Nerea, se llevan al catalán para tranquilizarle mientras el resto buscan hielo para tratar de aliviar el dolor del canario.

Aunque Agoney duda que con un poco de hielo vayan a poder arreglar el destrozo que Raoul le ha hecho psicológicamente, ya que al final el puñetazo ha sido lo que menos le ha dolido.

-A ver, que solo era una pelea de maricones.-Dice Cepeda, encogiéndose de hombros.

Lo que faltaba.

Agoney se levanta del suelo y usa todo el dolor y la rabia que tiene acumulado para darle un puñetazo a Luis.

-¿A mí nadie me va a ayudar?-Se queja este.
-Buah, lo siento Cepeda, pero es que te lo merecías un poco. Por todo, no solo por lo que acabas de decir, que también, pero vamos, que es que hay veces que te pasas mucho.-Dice Amaia.
-Se lo merecía bastante.-Aclara Miriam.

Cepeda resopla indignado y se marcha, poco a poco la gente también se va yendo, ya que tienen cosas que hacer, y al final con Agoney solamente quedan Miriam y Ricky.

-Déjalo ya, chico.-Le dice Miriam.-Tienes que hablar con él y aceptar de una vez que te gusta.
-No me gusta.
-Si te gusta.-Insiste Ricky.
-Mira, Ago,-Sigue la gallega.-sé lo poco que te gusta comprometerte a algo y sentirte atado a ese algo o alguien, pero tampoco es como si le fueras a pedir matrimonio, solo vas a hacer que deje de sufrir, porque le estás haciendo daño, y verle sufriendo te hace daño a ti.
-Pero Ricky...-Susurra el canario.
-Tranquilo.-Dice este en un susuro, sonriéndole y tratando de tranquilizarle.-Yo voy a estar bien, ¿vale? Ve a donde él y tratad de ser felices, lo mereceis sin duda.

Ricky y Miriam acaban por convencerle de que vuelva a tratar de hablar con él, contando con que ahora Aitana, Nerea y Marina están allí, así que posiblemente le detendrán si vuelve a intentar pegarle. Agoney le encuentra, hablando con las tres chicas, ya más tranquilo, pero en cuanto le ve, el rubio le empieza a decir que se largue.

Agoney le ignora, tratando de parecer seguro aunque en realidad tiene miedo, no solo a que le pegue otra vez, quizás más a que le insulte otra vez.

Se acerca hasta él y se arrodilla en el suelo, ignorando que aún le esté diciendo que se vaya. Se acerca más y le besa.

Es un beso mucho más corto y frío que el último que se dieron, frente a tres personas en vez de 17.000 y solos en su mente, pero mucho más significativo y real para ellos que el otro.

-¿Qué coño haces?-Le dice el rubio cuando se separan.
-Besarte.-Le contesta, tratando de parecer seguro.
-No, digo que qué coño haces ahí parado. Vuelve a hacerlo.

Ragoney | OneShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora