La carta de Marlene Tompkins.

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Para: Familia Tompkins.

De: Marlene Tompkins.

Sé que esto es algo que se dice en persona,  pero como ya sabrán, nunca seré capaz de hacerlo; al menos no a una edad en la que ustedes, hijas, lo entiendan. Probablemente Joseph les dará esta carta en el momento adecuado, y estoy segura de ello. Me hubiera encantado verlas crecer y estar a su lado en todo momento. Quiero que sepan que yo sí las quise mucho o más de lo que se puedan imaginar. Pero mi partida fue necesaria y no me arrepiento de ella. Me fui y todo con un solo objetivo: protegerlos. No fui del todo sincera con su padre. Mi raza…yo no soy un Leal. Para explicarles esto, primero tengo que contarles una breve historia:

Todo comenzó cuando Los Gobernantes querían promover el prototipo de persona perfecta y realizaron experimentos con personas. A un grupo lo denominaron “leal” y al otro “especial”. Los mantenían alejados a ambos grupos.

El grupo Leal demostraba ser totalmente fiel a los pensamientos de Los Gobernantes, mientras que el Especial parecía tener pensamientos propios, eran independientes a Los Gobernantes, y tenían incluso más sabiduría de lo esperado.  Luego de un tiempo, alguien del grupo Especial logró escapar, haciendo revolucionar a los demás, y esto causó un efecto dominó…lo que logró que los del grupo Leal también se escaparan.

Pronto, Los Gobernantes perdieron el control.

No pudieron encontrar a muchas personas y ya no podían distinguir entre quienes eran Leales y quienes Especiales. Después de eso, algunos de los Leales y Especiales congeniaron, creando la última raza, llamada “Puros”.

Pero Los Especiales se volvieron algo salvajes, fuertes, no aprovechaban su sabiduría y ya no querían estar junto a los Leales, porque no soportaban su lealtad a Los Gobernantes. Debido a esto no se crearon muchos de la última raza. Poco tiempo después, ya no eran denominados “Especiales” sino “Indómitos.”

Los Gobernantes, arrepentidos por sus creaciones, pidieron perdón públicamente, y llegaron a un acuerdo: Para que no hubiera conflictos, los Leales y Los Indómitos vivirían separados por pueblos diferentes a los que ellos mismos les pondrían nombre. Y en las ciudades de Regnum, tales como Las Amazonas, Nicbane y Vándal, convivirían sólo aquellos que no tenían rencores contra lo de otra raza. En la Capital, dijeron, solo vivirían aquellos sofisticados y científicos que llegarían a unirse a las fuerzas de Los Gobernantes (Engreídos, ¿no lo creen?).

 Los Gobernantes no se preocuparon por los Puros. No nacieron muchos, y nadie sabía o les daba relevancia a las características que estos aportaban. Pero yo, Marlene Tompkins, sé todo acerca de esa raza. Conozco los peligros y los beneficios que trae ser un Puro. Porque yo hago parte de ellos. Y sé las consecuencias que traerá el hecho de que Los Gobernantes se enteren que mi raza no se ha extinguido del todo. No se ha extinguido, porque ustedes, hijas, llevan mi sangre. Y la sangre de un Puro es de carácter dominante.

No los voy a poner en peligro.

Por lo tanto, llegué a la conclusión de que mi salida de sus vidas es la única solución.

Con mucho amor,

Marlene Tompkins.

...

FIN.

Nota de autora: ¡Hola! Bueno, este es el final de Wild World. Sólo quiero decir muchas gracias a todos los que han llegado hasta acá concorde avanzaba la historia. Gracias a todos quienes leen y votan, y quienes me han apoyado y dado animos de seguirla. ¡Pero no se preocupen! Para aquellos a quienes les haya gustado esta historia, les tengo una buena noticia: ¡Tiene una secuela! Ya está dentro de mis obras como Wild Soul (#2).  

Espero que les haya gustado el final y ¿qué les pareció la inesperada carta que leyó Leven? ¿Cómo la obtuvo Lana? ¡Más secretos y más misterios!  Y un nuevo viaje comienza.

Wild World (Leven's chronicles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora