Bosque Negro

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El alba aún no llegaba, pero los enanos ya estaban guardando todas las provisiones que portaban, Gandalf se había marchado diciendo que un asunto de suma importancia debía ser visto por el.

Thorin no había pegado el ojo más que unas cuantas horas, no confiaba mucho en Luneai la mujer no se había movido de su escondite y la luz se había apagado horas después de retirarse. Su vista fue al escondite de la hija de luna, se podía ver de nuevo la luz y el movimiento de la mujer.

-Thorin-, hablo Bilbo llamando la atención del líder -, ya estamos listos.

- entonces en marcha -, la voz de la mujer sorprendió a todos, la cual ya estaba a su lado con una mochila a su espalda y ropas totalmente diferentes.

Los enanos no dijeron nada, solo tomaron sus cosas y siguieron de cerca a la mujer. La cual antes de salir totalmente, dió una última mirada a su hogar.

Para Luneia era difícil dejar su hogar, hacia más de 80 años que no salia de aquella cueva, la cual juro proteger.

Pero solo siguió su camino.

Después de algunas horas llegaron a la entrada del gran bosque. Luneai observó el bosque, desde allí podía sentir la energía obscura que cada árbol y hoja desprendia. Totalmente denso y pesado.

La mujer volteó hacia sus nuevos compañeros -, bien escuchen, este lugar es un lugar es un trampa mortal -, los enanos la observaban con atención-, la única forma de atravesarlo es no separarse y sobretodo no dejarse invadir por las alucinaciones

- ¿alucinaciones? -, pregunto Thorin con aquel semblante serio que lo caracteriza.

- el bosque está tan lleno de fuerzas oscuras que lo único que quieren que terminar con cualquier criatura que sea agena a este lugar, además -, la peliblanca tomo una hoja de un árbol en el límite del bosque -, el bosque está enfermando -, la hoja en la palma de Luneia se deshizo con el más mínimo toque

Los enanos amarraron fuertemente sus provisiones, Luneia pidió que los enanos formasen parejas y que estuviesen atentos a ella a cada momento.

Por desconfianza del rey enano Thorin decidió que el "cuidaría" a Luneai, la cual era la excusa perfecta para vigilarla. Y así es como la Compañía comenzó a internarse en el obscuro y tenebroso bosque.

Al trascurso de unas horas los enanos comenzaban a sentir los efectos de aquel lugar. La respiración les costaba más a cada paso, para algunos nada dejaba de dar vueltas y para otros las alucinaciones eran casa vez más difíciles de separar de la realidad.

Luneai lograba que ninguno de los miembros no perdiese totalmente la razón o que siguiesen sus alucinaciones. Pero alguien estaba dificultando su tarea.

-¡Ya vamos días caminando! ¡¿cuánto falta para salir de este endemoniado bosque!? -, le exigía el rey enano

La mujer se detuvo y controlando la ira que sin explicación creció en su pecho-, Thorin, solo llevamos 3 o 4 horas caminando -, sabía que aquella desesperación que todos sentían era por el efecto de la oscuridad.

El enano por su parte respiro y trato de calmar su mente. Pero realmente sentía que habían pasado días y la dificultad para respirar lo empeoraba. Observó a su compañía podía verse en sus ojos el cansancio y la desesperación.

-toma-, los ojos azules del enano fueron al objeto que la mujer le acercaba, era una cantimplora -, dásela a tus hombres, esto mitigara los efectos y podremos caminar unas horas más -, Luneai logro descifrar la mirada de enano, no confiaba en ella -, no está envenenada Thorin -, la llevo a sus labios y dió un trago, hasta inflar sus mejillas y tragando ruidosamente al pasar el líquido abrió demasiado la boca para mostrar que la había consumido.

Como el Sol y la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora