James llega a la casa con diez minutos de ventaja sobre Judit. Se apoya en el muro que rodea la puerta de la entrada al jardín de Judit. Recupera su respiración y entonces por la esquina del final de la calle aparece Judit rojísima y con la mano en el pecho, concretamente en el corazón. Ella ya no corre, va andando con las rodillas cada vez mas pegadas al suelo, James se está riendo cuando de repente ve a Judit desplomarse en el suelo y corre hacia ella.-¿Jey? ¿Estás bien Jey? -Llega hasta ella y se agacha.
-Ay por Dios, no me llames Jey. -Dice Judit casi sin aliento y con los ojos cerrados.
-Eres una cabezona. -Ríe James. -¿Cómo estás?
-Medio muerta, termina de matarme, por favor.
-¿A quien voy a fastidiar si te mato?
James se levanta y coge en brazos a Judit, quien deja todo su peso en manos de éste.
-¿Quién te mandaría a seguirme?
-No quería dejarte solo.
-Anda calla.
James llega hasta la casa y sujetando a Judit de un solo brazo busca con la mano libre las llaves que tiene Judit puestas en su pulsera y abre las dos puertas. Primero la del jardín y luego la de casa. Sube a Judit hasta la habitación y la deja cuidadosamente en la cama. Después se direcciona hacia la puerta.
-No, no te vayas por favor, quédate conmigo.
-¿Y la comida Jey?
-Llamamos al chino, ¿si?
-Eso no será nada bueno para ésto. -Se toca los abdominales.
-¿Qué crees? ¿Qué no te he visto ya los michelines?
-¿Qué michelines? Se levanta la camiseta y se vuelve a tocar los abdominales.
Judit comienza a reír fuertemente. Sin poder mover nada más que los músculos de la cara. Incluso reír le duele. Pero aun así no se arrepiente de haber salido detrás de James. Siente que así al menos sabe que no le odia. Y si se están riendo juntos significa que tampoco sigue enfadado con ella. ¿Y si ahora puede volver a intentarlo? James se sienta en la cama justo a su lado. El peso se vuelca hacia él y Judit le mira a los ojos.
James que entonces estaba sonriendo se pone serio y por un momento se le pasa por la mente la idea de besar a Judit. La cual se le borra cuando el timbre suena. Un sentimiento de rabia le atraviesa y se levanta sin separar sus ojos de los de Judit y se va hasta la puerta, siendo testigo de la mirada tan tierna que le lanza Judit, hasta que la pared los separa. James abre la puerta encontrándose con Christian en el mismo sitio donde la noche anterior Judit se había despedido de él. Le cierra la puerta en los morros. No tarda nada en volver a sonar.
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Lo Prohibido Tienta Más
De TodoJudit es una adolescente niña de papá que tras un arrebato de locura incendia toda la ropa de la tercera y nueva esposa de su padre. Quema todo tipo de prendas, desde las caras hasta las baratas. Su padre, harto de que su hija, la cual se ha visto e...