Katie, una chica de preparatoria dulce, amigable, inteligente, pero algunas veces tímida, insegura y nerviosa en momentos estresantes. Katie se siente confundida respecto a los sentimientos de Alex, un chico de esa misma preparatoria. Él es un poco...
Tengo 16 años, voy en preparatoria. Estoy algo confundida, hay un chico...si...un chico y no es cualquier chico...es Alex. Se sienta adelante de mi en clases, tiene una hermosa y blanca sonrisa que hace que mis emociones se desordenen. Hermoso y lacio cabello negro , que de vez en cuando, me deja tocar y acariciar. Un cuerpo que combina perfecto con su rostro. Un lindo y poco bronceado tono de piel. Unas manos terriblemente sensuales, delgadas y venudas.
Hoy al salir a receso junto con mi amiga Ammy platique un poco con ella:
-Deberías decirle que te gusta, que te encanta, que te....todo-dijo Ammy mientas me miraba insistente.
-...De qué rayos hablas?...- la mire sonrojada (mi casi transparente tono de piel no favorecía la situación)
-De Al- la interrumpí tapándole la boca con mi mano. En ese instante la perfecta figura de Alex se paró frente a nosotras, de un momento a otro estaba sonrojada en grado muchísimo más superior al anterior. Él lo notó, me miró con una sonrisa plantada en su cara y dijo:
-Hola, oye Katie...-dijo algo confundido
-Hola, Alex, dime ¿qué pasa?-dije tratando de esconder mi sonrojo con mi mano.
-¿Pasa algo? ¿estás bien? Estás demasiado...roja.-dijo él con toda la intensión del mundo.
-Ahh!...si, claro...emm...Tengo...fiebre...-dije con las manos temblorosas y el corazón al mil por hora. En ese momento paso algo lindo, pero terriblemente vergonzoso.
-¿Dejame ver?- retiro mi mano de mi cara y puso su mano en mi frente y después con cuidado sobre mis mejillas, sonrió y me acomodo mi pequeño mechón de cabello quebrado y un negro osbcuro.
-No creo que estés enferma, más bien creo que...te gusta alguien...¿verdad?-dijo muy seguro.
-Emm...- gracias al cielo me interrumpió Ammy y dijo -ahh! Recuerdas que no fuimos por ello que nos pidió el profesor de química- tiró de mi brazo y rápidamente le dije un lindo (o eso creía yo) "adiós" y una gran sonrisa. Con sus lindas y largas manos las movió en señal de adiós. Le agradecí a Ammy prometiéndole que le compraría un rico chocolate para mañana.
Pensé en él lo que restaba del día, bueno, en realidad pienso en el 24/7. Pensé que a lo mejor ya me había descubierto, quizás ya se había dado cuenta que me gusta, que me encanta, que me fascina y cree que soy muy inferior para estar con él. Tal vez, me gusta tanto, que ni siquiera puedo controlar los impulsos como los sonrojos, las mirabas tontas, los balbuseos, que cuando hace algo sensual mi corazón estalle o que siempre piense en él. Por él he hecho cosas que jamás hubiese pensado en hacer o decir. Sé cuantos lunares tiene en su rostro, que se truena los dedos cuando está nervioso, que se le desacomoda el cabello y aún así se ve bien, que le gusta mirar a la gente a los ojos cuando habla. En realidad sé muchas cosas de él.
*narrado por Alex*
Estuve pensando en ella, en su lindo nombre, en sus grandes y hermosos ojos verdes, en su pálida y suave piel, en su obscuro y ondulado cabello negro, en su delgada y alta figura,en el color natural rojo de sus labios que he pensado varias veces en besar, en sus peinados extraños, en sus lindas y grandes sonrisas, en la manera que me puede volver totalmente loco cuando se sonroja cuando me mira, en sus lindas camisetas con un pin de Inglaterra, toda parte de ella puede hacerme perder la cabeza.
Un día después de la situación del sonrojo, que por cierto ocasione a propósito. Estábamos en el salón, las clases habían finalizado y sólo nosotros dos nos encontrábamos en tal habitación. La miré, vi como se concentraba para llevar sólo lo necesario, como hacia tiernos pucheros al equivocarse, cuando se dió cuenta que la miraba, se volteo hacia mi, camino algunos pasos hacia mi y dijo por fin:
-¿Qué me mira tanto, señor Alex?- dijo muy segura
Pues que es demasiado linda, señorita Katie- dije levantandome de mi asiento y acercandome a ella.Al momento que lo dije, tomó un color rojizo y sonrió.
-Vamos señor, sea coherente.-dijo tratando de esconder su inseguridad. En ese momento, me acerque más a ella, la tome de la cintura, ella me tomó de ambos hombros, la acerque un poco a mi, se sonrojo un poco.
-Estoy siendote lo más sincero que puedo...dejemos de ocultar esto...sé que te gusto...sé que me gustas...-dije acercandome a su rostro sonrojado.
-¿D-De qué hablas?-dijo entrecerrando los ojos y acercándose más a mi.
-De esto....-me acerque, despejando el poco espacio que quedaba entre nuestros temblorosos labios. Sentí su calidez, sus sueves labios, esos que ansiaba probar, morder, disfrutar y que , de una vez por todas, lo hice. Me encanto, fue como si el tiempo se hubiera paralizado sólo para dejarnos gozar de este momento. El mejor beso que jamás nadie me había dado, lentitud y rapidez, amor y cariño, sensualidad y emoción. Nuestros corazones latían descontroladamente a la par. Cuando finalizó por falta de aire, sentí como sonreía, y lo hice también.
Ella minutos después de eso salió corriendo, supongo que por la pena, pero le dejaría tiempo para asimilarlo mejor, esperó que le haya gustado.