Una segunda oportunidad para ligar con chicas en el calabozo

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El espejo volvió a oscurecerse y no mostró nada mas. En el sótano reinaba un silencio que fue interrumpido por el propio Deymos.

"Si están dispuestos a luchar sin arrepentimientos u objeciones, comandare la defensa de Orario".

"Entendemos y aceptamos aunque no lo creas no eres el único que no se arrepiente de acciones cometidas en el pasado, ademas no sera difícil convencer a la Familia Freya ya que fue idea de su diosa el dejarte a cargo". Riveria le contesto con seriedad y tras despedirse se retiro de la mansión. 

"Aun tienen mucho de que hablar", Cronos y Demeter se retiraron dejando solos a Deymos, Aiz, Tiona y Tione. El enmascarado decidió que el mejor sitio para seguir hablando era el lago de la propiedad y tras llegar hasta el lugar tomaron asiento en una mesa cercana a la orilla. Gracias a que era una noche despejada la luna y las estrellas iluminaban el lago y su reflejo se veía perfectamente en las cristalinas aguas. Por ordenes de Cronos algunos sirvientes les habían seguido y llevado consigo la cena y tras servirle los platos y bebidas a los cuatro jóvenes se retiraron al interior  de la mansión.

"Esa batalla es la razón por la cual se me conocía como El Pacificador, gracias a esa victoria la región de Leumoz se estabilizo y mi tío volvió a tomar el control ". Deymos se quito su mascara y sonrió con la arrogancia propia de un rey. "Se lo que probablemente piensen de mi, pero no me arrepiento fue culpa del idiota de Ticio por involucrar a su nación en una guerra abierta contra la mía, si no lo hubiera hecho tal vez aun estaría vivo".

"¿A que te refieres, acaso lo ejecutaste?". Tiona pregunto horrorizada.

"Claro que no, aunque no me faltaron las ganas, una amiga en común me convenció de liberarlo". La ultima parte la dijo con una mezcla de tristeza y odio. "Pero el padre del muy idiota fue asesinado en una rebelión y al quedarse sin apoyo político trato de escapar y nadie escapa del Monte Prometeo con vida". El antiguo príncipe hablaba con mucha seriedad, pero tras dar  un largo suspiro relajo su expresión. "Esto es lo que haré, dejara que cada una me haga tres preguntas, no les impondré ningún limite". Deymos se fue a la orilla del lago mientras las tres chicas pensaban sus preguntas y comenzó a recordar a esa amiga en común:

Deymos tiro su copa al suelo mientras miraba con ira a Medea, Rox estaba presente junto a Maahes. Los cuatro estaban en la entrada principal de la prisión del Monte Prometeo. Habían pasado tres meses desde la batalla de Leumoz.

"Que mierda te pasa Medea". La reacción de Deymos espanto incluso a Rox quien solía conocer su lado iracundo. "Te juro que si no fueras mi hermana te habría encerrado aquí". Siempre fuiste una maldita entrometida pero esta vez te pasaste.

"¿Y que esperabas que hiciera?" Medea se desespero, la actitud arrogante de su hermano mayor comenzaba a fastidiarla. "Ticio es amigo de Alyla y ella esta preocupada por el, no puedes ocultare el hecho de que tu y Rox lo han torturado aquí los últimos tres meses".

"¡Y QUE IMPORTA QUE SEA SU AMIGO, NADIE LO PROVOCO COMO PARA QUE ATACARA A NUESTRO TÍO!". Un halcón apareció y se poso en el hombro de Rox, traía un mensaje que Maahes comenzó a leer. "Lidiare contigo mas tarde ahora no estoy de humor  para tus estupideces".

"Deymos, los hombres del faro han visto el barco de la familia de la señorita Alyla y apenes este a su alcanze, la demoraran haciendo un registro aleatorio". Maahes hizo énfasis en las palabras registro aleatorio.

"Bien eso nos dará el tiempo suficiente para largarnos, Rox sabes que hacer".

"Solo obedezco ordenes tuyas y no importa cuanto insulte, grite o exija no soltare a ese bastardo".

Un calabozo lleno de amor y odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora