Un calabozo lleno de amor y odio

Ormuz contra el Calabozo

Todos seguían sorprendidos por la afirmación de Deymos, algunos mas que otros en especial aquellos que ni siquiera sabían que tenia una hermana.

Antes de pudiera hacer las introducciones pertinentes, la cuarta figura también bajo de la colina y aterrizo frente a Deymos. Era un muchacho moreno de pelo negro y blanco que le cubría la mitad del rostro, no parecía llevar mas armas que un cuchillo.

"Su majestad". El saludo confundió a muchos.

"¿Sokaris?". Deymos dudo en un principio pero inmediatamente supo que no podía estar equivocado, sin mediar palabra abrazo al moreno y este le devolvió el abrazo. "Maldito infeliz, debiste haberme avisado que venían, así esta idiota no me hubiera sorprendido".

"La verdad con lo impertinente que es su hermana no hubo tiempo para disponer de mejores preparativos". Allen y Anakity seguían confundidos por como el recién llegado había tratado al enmascarado anteriormente.

"¿Maje...". Allen inicio la pregunta.

"...estad?". Anakity la completo.

"Increíble, están perfectamente sincronizados, de seguro son una gran pareja". El comentario de la hermana de Deymos hizo que ambos se sonrojaran y miraran en direcciones distintas. Como su hermano seguía hablando con Sokaris, la pelirosa decidió presentarse ella misma.

"Hola todos, yo soy Medea Mainyu, Segunda princesa de Ormuz y hermana menor de Deymos, ademas soy la única de sus hermanos con la que comparte madre".

"Espera, si tu eres una princesa....". Allen comento confundido.

"Correcto, ese patán que ves por allá es el tercer príncipe". Mientras Medea, Tione y Aiz le explicaban a Allen y a Anakity los datos pertinentes, Deymos seguía cuestionando a Sokaris.

"Dime la verdad, ¿Porque están aquí?". Deymos fue directo.

"Vera su....".

"Deja de tratarme así".

"Deymos mi amigo, no has cambiado ni un poco". El moreno contesto con una risa. "Nada en especial, tu hermana quería verte y Anubis me hizo venir".

"¿Mmmm?". Al ver que la respuestas no satisfacía al antiguo príncipe el moreno suspiro.

"La verdad es que Anubis fue quien nos contó que seguías vivo, o mejor dicho se lo contó a Belona y ella me lo confeso a mi y a los demás. Todos decidimos que lo mejor era decirle a tu madre".

"¿A mi madre?. Eso explica porque Medea esta aquí".

"Insistimos en venir nosotros pero ella ordeno que Medea debía venir sin importar que".

"En fin, mas tarde me dirás los detalles, te presentare con los demás". Girándose un momento busco entre la multitud y llamo a quien buscaba. "Bell, ven un momento". Sokaris vio como un muchacho de pelo blanco se acercaba hacia ellos.

Cuando estaba a punto de llegar las dos criaturas con manchas le lanzaron ladridos, asustandolo, no confiaban en el y se notaba que no le querían cerca de su amo.

"Oigan eso no esta bien, aquí somos todos amigos". Medea trato de calmar a las bestias pero ignoraron su orden.

"Glasya, Labolas. Fue suficiente". Ambas criaturas pararon sus ladridos con la orden del enmascarado. "Hermana cuantas veces te dije que nunca te obedecerán, sabes que te detestan por como jugabas con ellos de cuando eras una niña". Deymos reprendió a su hermana, era una locura que tan siquiera las hubiera traído.

"Engreído". El puchero fue su única respuesta.

Bell paso de largo mientras los dos animales le ignoraron y olfateaban el lugar. Pero ahora había un obstáculo entre el y Deymos, el animal gris de rayas negras lo miraba fijamente con su único ojo. A pesar de no dar ni un solo ladrido por su gruñido se sabia que no le agradaba. El animal era lo suficientemente grande como para que un lo cabalgara como si fuera un caballo. Deymos se acerco por detrás del animal y le acaricio suavemente la cabeza.