Le subió bien las braguitas y la falda colegiala. Ella lo ayudó subiendole el bóxer y después el pantalón. Alfonso la levantó del escritorio y la colocó suavemente de pie frente a él, luego besó con ternura. Y ella gustosa le correspondió el beso echando lps brazos alrededor de su cuello, colocándose de puntitas para profundizar más el beso. Sus lenguas se encontraron en ese territorio ya familiar y se besaron lentamente, seduciendose uno con el otro. Al separarse, Alfonso sonrió y le plantó un beso fugaz en la frente.
—Haz hecho de este sexo algo fantástico. Siempre he querido besarte pero hoy conseguí algo más. Gracias por todo, cariño.—susurró y acarició su nariz con la suya.—quiero que vengas a mi casa conmigo ahora.
Anahí pestañeó varias veces. Pensó que sólo se trataba de una broma y que no hablaba enserio, pero su cara decía todo lo contrario. La miraba esperanzado, con la cara iluminada y los ojos llenos de ternura. Oh, ese era un Justin entusiasmado. Con ganas de juguetear un rato. Lo miró, tratando de ocultar su sonrisa mientras se mordía el labio. Pero se le hizo imposible.
—No creo que eso sea posible. Mamá no sabe que me quedé más tarde en la escuela y se puede preocupar.
—¿No la puedes llamar o enviar un mensaje de texto para avisarle que llegarás tarde?
—¿Cuál excusa le pongo?
—Dile que te quedaste con alguna amiga en su casa, ¿Tal vez?
—Señor director, ¿me está pidiendo que le mienta a mi propia madre?
Los labios de Alfonso se curvaron hasta transformarse en una cálida sonrisa.
—Sí.
—Mmh, es muy tentativo. Pero no, mi tía no trabaja hoy y tengo que ayudar a mamá en la joyería.
—¿Joyería?
—Sí, es la tienda en donde trabaja.
—Entiendo. ¿Y tú papá?
—Viajó por unos días a Nueva York ppr cosas del trabajo o algo así.
—Bueno.—hizo un mohin.—pero algún día tendrás que ir a mi casa.
—Por supuesto, yo también quiero ir.—le guiño un ojo.—¿Tal vez el viernes?
—Viernes, sí. Me parece bien—dijo y se relamió los labios, en un gesto que irradiaba sensualidad y la desconcertó por breves segundos.—Ya estoy ansiando que termine la semana lo más rápido posible.
—Creo que lo mejor sería ordenar tu oficina un poco antes de salir de aquí. —dijo para tratar de distraerse de su boca, luego se sonrojó cuando miró el escritorio.
Alfonso miró hacia la misma dirección y una sonrisa maliciosa se adueñó de sus labios.
El escritorio ordenado que Anahí conoció cuando entró al despacho quedó en el olvido. Folios arrugados estaban sobre la mesa, tinta corrida y lápices esparcidos por el suelo.—Cualquiera que entraría pensaría que robaron.—bromeó Alfonso, acercándose para tomar los folio y colocarlos en su sitio.
—Pienso lo mismo.
Mientras él ordenaba, Anahí se agachó para recoger el cuadro que había botado sin querer hace minutos cuando estaba tumbada en el escritorio. Alfonso se volteó al oír el sonido que hacía al apartar los vidrios y se acercó a ver.
—¿Qué haces? Suelta eso, te puedes cortar.—le regañó cuando vió que tomaba un pedazo de vidrio. Anahí pusó los ojos en blanco y lo dejó caer al suelo.
—Toma. Esto es... Tuyo.—dijo y se lo entregó. En la fotografía se podía ver claramente a Alfonso vestido de traje, al lado de una chica pelirroja de ojos color miel que traía el pelo recogido. Ella traía puesto un vestido floreado, y a mala gana Anahí tenía que admitir que era muy atractiva. Muy atractiva, con un cuerpo curvilíneo y alta. Tan solo ver la forma en la que Alfonso la rodeaba de la cintura y ella apoyaba la cabeza contra su hombro de una manera tan íntima bastaba para que ardiera de celos.
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Señorita Anahí | Completa | ERÓTICA | Adaptación
Short Story-¿Sabes, Anahí? Últimamente me he dado cuenta que me has mirado mucho durante los recreos... Ella se ruborizó. -Eso no es verdad. -No mientas. -Yo no miento. ¡𝐇𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐏𝐨𝐧𝐧𝐲! Adaptación. HISTORIA COMPLETA. HISTORIA ERÓTICA +18⚠️‼️