Edd no sabia cuanto tiempo mas debería soportar las feas y simples paredes blancas de su habitación de hospital.
En serio odiaba ese color ahí, aburrido y tedioso. Sin siquiera un cuadro que lo decore y quite todo lo apagado del lugar.
Suspira, mientras su vista vuelve a la carta que estaba escribiendo. Sonríe de lado mientras recuerda los tiempos donde no estaba en esa incomoda camilla.
"Hey Tord.
Se que es algo raro que te este hablando por esta carta si te puedo enviar un simple mensaje, pero digamos que lo quise hacer a lo antiguo.
Hallar tu dirección fue sumamente difícil, peor tu número; sobre todo si estas las 24 horas en un centro médico.
Pero de alguna manera lo hice, y bueno, estas leyendo esto. Espero.
Tal vez estés ocupado así que trataré de hacer la carta algo corta.
Tengo cáncer, Tord. No quisiera andar con muchos detalles porque no es muy agradable escribir como poco a poco tu cuerpo se desvanece ¿Sabes?
Así que llegaré al punto, no pido dinero ni nada de eso; lo único que quiero es poder irme en paz sabiendo que las cosas están como antes.
Te perdono todo, que hallas destruido mi casa, que hallas traicionado mi confianza, que me hallas utilizado para poder llegar a tu tan querido robot. Todo.
Vivir con rencor es algo malo, peor en la situación en la que estoy-"
La puerta se abre del tiro, sobresaltado a Edd que guarda rápidamente la hoja en la almohada de su detrás.
- Matt te dije que fueras cuidadoso - Edd sonríe al reconocer la voz de su amigo, se acomoda en la cama para prestarle su atención. El de la lata adoraba cuando llegaban ya que por un momento se olvidaba de situación actual.
- Lo siento, Edd - Se disculpa apenado por el regaño de Tom.
- No te preocupes, Mattie - Con su mano, le quita importancia al tema.
- Si lo crees - Dice Matt para luego llevar las manos a su cabeza dandose un pequeño golpe, recién se acuerda de algo - ¡Te tengo una sorpresa!
- Tenemos - Corrige Tom, quitando de su hombro una gran mochila que llevaba para dejarlo al lado de Edd.
- ¡Ringo! - Exclama totalmente feliz. Llevaba tiempo sin ver a su adorada mascota de pelaje gris por culpa de una prohibición del hospital que era la típica "No se permite mascotas"
Otra cosa que le parecía absurdo, aquellos pequeños seres alegraban a las personas sea en cualquier circunstancia en la que estaba. Les daba felicidad por instante y Edd creía que eso no debía prohibirse para nada del mundo.
Al menos que sea alergico, claro.
El minino frota su cara contra la mano de Edd, ronroneando feliz de ver de nuevo a su dueño. Mueve su cola lentamente y arquea su lomo cuando Edd lo acaricia.
- En las noches no nos deja dormir, maulla mucho en la puerta - Informa Tom, sonriendo levemente por la escena.
- Yo también te extrañé mucho, Ringo
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Actualización: Este sábado.
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Por Edd |Eddsworld Fanfic|
FanfictionDonde Matt y Tom desean cumplir el deseo de Edd.