Capitulo 18 | Devon

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Me enjuague el rostro con la mayor delicadeza que podía, los hematomas faciales seguían allí, a pesar de que había pasado como una semana de lo sucedido, gotas aun recorrían mi torso, me sujete del lavadero de mi baño, gracias a Dios, tenía un bañ...

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Me enjuague el rostro con la mayor delicadeza que podía, los hematomas faciales seguían allí, a pesar de que había pasado como una semana de lo sucedido, gotas aun recorrían mi torso, me sujete del lavadero de mi baño, gracias a Dios, tenía un baño dentro de mi habitación, lo cual era genial, no debía pelearme con mis hermanos por quien utilizaría el baño. Aun se me notaba el ojo morado, pero lo demás estaba desapareciendo casi por completo, mi labio se encontraba mejor, aunque aún tenía los puntos del pequeño corte cerca de mi ceja.

No fui a clase desde lo sucedido, nadie sabía que me sucedió, por lo menos la verdad, solo la sabia Dylan, nadie más que él, no tenía idea de cómo había entregado tanta confianza en un chico que tan solo conocí hace menos de un mes, pero, a pesar de ello, es una de las pocas personas quien parece entenderme, estaba aterrado, en un principio, en que me haya descubierto, que aquel chico británico me haya visto con Bruce, es más, a veces, sigo estándolo.

Acerca de mi sexualidad, empecé a notarlo cuando tenía como quince años, tenía un amigo, Devon, él era increíble, y lo recuerdo muy bien, fuimos mejores amigos desde los doce años, nos llevábamos genial, no lo dudo, siempre fui amigo de Austin, Titán y los demás, pero nunca, tan cercano como lo era Devon conmigo. ¿Qué puedo decir de el? Era genial, siempre jugábamos al futbol juntos en el parque central, venía a mi casa o yo iba a la suya luego de clases, jugábamos con la consola horas y horas, me agradaba su compañía, pero todo cambio cuando cumplí quince años, para ser precisos, en mi fiesta de cumpleaños.

Nos habíamos mudado a una nueva casa junto a mi familia - en la que actualmente estamos viviendo - era mucho más grande que la anterior, así que mis padres decidieron hacerme una fiesta de cumpleaños, para que todos mis amigos vinieran, no fue nada extravagante, inicio como a la tarde para poder disfrutar del sol y la piscina, se había extendido hasta la noche, y no me malinterpreten, solo éramos unos chicos de catorce y quince años, lógicamente no hubieron bebidas al alcohólicas y no bailamos hasta el amanecer, los invitados se quedaron máximo hasta las doce y media y la una de la madrugada, eso incluía al resto de mis familiares. Devon, me había dicho que mi sorpresa de cumpleaños me esperaba en mi habitación, claramente, no tenía ni el menor inicio de algo sospechoso, así que, fuimos, al entrar había una caja sobre mi cama.

-Espero que te guste, amigo - Me había dicho, recuerdo haberle sonreído, impaciente por saber que había dentro de esa caja, fui lo más rápido posible hasta ella y la abrí, adentro, había una bandera, blanca, fue lo primero que saque, era una bandera con el escudo de mi club de soccer favorito, era de España, el Real Madrid, inmediatamente sonreí - Vamos, hay más - Con la sonrisa que mantenía en mi rostro decidí seguir buscando, seguidamente había una camiseta del mismo equipo.

-¡No puede ser, mierda! ¡Me estas tomando el pelo! ¡Puta! - Había exclamado con mucha emoción y a una velocidad increíble - ¿Cómo...? ¡Dios! - Sabia que no era consiente de mis palabras en ese momento, pero la emoción se apodero de mi cuerpo de una forma inexplicable - ¿Cómo? - Había soltado una pequeña risa - ¿Cómo lo conseguiste?

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