Capítulo 1 Jonathan James

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Un hacker se hace no se nace.

Mi nombre es Jonathan James nací el 12 de diciembre de 1983 en Miami, Florida. En mi niñez mis conocidos me consideraban como un Geek apasionado por la tecnología y la informática, después el cracker más joven de todos los tiempos, pero ahora soy considerado como un black hat hacker, un peligroso delincuente.

He visto la evolución de las computadoras desde que era chico, el acelerado avance tecnológico desde la una PC de primera generación hacia una de octava generación.

¿Haría las cosas diferentes si hubiera sabido todo lo que iba a pasar...? ¿Permanecería en la oscuridad? ¿Seguiría siendo invisible...?

Ahora no soy invisible. Soy uno de los hackers más buscados y peligrosos en el mundo. Formado comúnmente de la vieja escuela.

Me encuentro sentado encapuchado con la gorra de mi sudadera oscura, dentro de una sala de interrogatorios en la jefatura de policía. Preocupado por el grado de condena. Hace consideraciones de haber concluido su vida. La habitación era fría y oscura con poca luz. La habitación tenía una puerta junto con un enorme cristal reforzado. Dentro de la habitación se encuentra una mesa junto con dos sillas ubicada en el centro del lugar.

― ¿Ha hablado? ― Dice un hombre alto de pelo corto mientras lo observa desde el exterior a través del cristal.

― No, dice que no ha hecho nada― responde el oficial de la jefatura

El hombre entra en la habitación enciende su grabadora de voz lo coloca sobre la mesa y se sienta en frente de él.

― ¿keebler? ¿c0mrade? ... Hay una razón por la que estás aquí. Una razón por la que estoy aquí. ¿Así que? ¿Fuiste tú quién realizo al intrusión en el pentágono?― dice el hombre con una mirada desafiante

¿Cómo llegue a este punto?... ¡Carajo!

...

Cuando iba en la preescolar yo siempre quise ser alguien especial. Quería hacer cosas que nadie pudiera hacer. En realidad no tenía ningún talento, nunca fui muy bueno en la escuela, y mis profesores me decían que era una pérdida de tiempo asistir, cuando mis compañeros obtenían buenas notas en comparación conmigo. Me dijeron que nunca seria nadie en la vida. Nunca fui el primero de la clase.

No soy un genio. Todo genio necesita una historia trágica familiar para forjar su carácter. Yo tuve los mejores requisitos. No lo sé. Creo que soy un idiota cabeza hueca.

Desde que tenía seis años me la pase enfrente de un ordenador, a los trece cambie el sistema operativo original. Y comencé a aprender a programar C y Unix, compre varios libros de programación y comencé a dominar el lenguaje. Un universo de posibilidades infinitas. Entonces, por primera vez sentí que era bueno en algo. Aunque en la vida real era menos que nada, un raro, un total perdedor.

Pero en el Internet sentía una especie de conexión. Sentí que pertenecía en ese ciberespacio era como un refugio para la gente como yo.

Todos los que se la pasan en la red informática mundial [World- Wide-Web o WWW]. Conocen lo que algunos llaman deepweb o darknet. El Internet dentro del Internet. Ahí puedes ser quien quisieras ser, expresarte libremente y conseguir cualquier cosa.

Comúnmente todos los días después de llegar de clases subía en mi recamara y encendía el ordenador. Me la pasaba día y noche interactuando con esto, a veces me la pasaba sin dormir hasta que un día mis padres decidieron ponerme reglas acerca del uso de la computadora. Supuestamente preocupados por mi salud. Nunca respete esas reglas hasta que en una ocasión después de la escuela encontré un espacio vacío en el escritorio de mi recamara. El ordenador se había esfumado, fue tanto el coraje que decidí escaparme de casa. No sé por qué lo hice. Me encontraba como tres kilómetros de casa sin saber dónde dirigirme, así que tuve que llamar a mi madre para que fueran por mí. Desde entonces la relación que tuve con mis padres fue cordial y distante.

En aquella ocasión fui más reservado en lo que respecta en mis acciones, aunque solo era un niño ya era muy cuidadoso con el uso del ordenador en relación con mis padres.

No podía dormir cada vez que me encontraba enfrente de un ordenador. Ahora casi la mayoría de los días duermo en el mundo real.

Encontré un antídoto para mantenerme despierto. Un narcótico compuesto por modafinilo y derivados de la cocaína como Ritalin o Adderall, medicamentos usados para el tratamiento del trastorno por déficit de atención con hiperactividad. A pesar de sus efectos secundarios, uso moderadamente estos medicamentos. Esta idea la conseguí por un gran ídolo. Kevin Mitnick.

Hay un montón de grandes hackers allí afuera. Donde no se ubican en ningún lado. Permanecen de manera incógnita. Enmascarados. Ocultos. Que pueden hackear cualquier sistema.

Yo no quiero ser como nadie de ellos. Actuó por fines de aprendizaje. Por esto, estoy sentando en esta habitación... demostrándome la línea de mis límites.

HACKERWhere stories live. Discover now