Solamente puedes pertenecerme a mi.

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Una noche más, Namjoon menea una de sus palmas contra la delineada erección en sus pantalones oscuros. Maldice apretando alrededor del grosor de su viril, bruscamente acariciando la punta hasta la base, en dónde el vello oscuro que se asoma por la bragueta baja (la que realmente rompió) puede apreciarse en plena oscuridad, iluminando el torso moreno aperlado, con algunos botones rotos, acaba por tirar al suelo el móvil que sostiene en su otra palma.
— ¡Joder, tu culo sólo puede ser mío! — Aprieta los dientes, aún mantiene la vista fija hacia al suelo, en la pantalla de su teléfono, en una de las fotos que su pequeño Yoongi puede apreciarse sobre los muslos de otro hombre. Namjoon examina la foto, una y otra vez, siente rabia al apreciar las mejillas sonrosadas de su exnovio entintadas, esos pequeños labios húmedos, y una sonrisa tonta al mirar a la cámara.

¿Porqué mierda debe poner esa cara?
¿Y quién le a dado el permiso de estar coqueteando a otros?
Yoongi sólo puede pertenecerle a NamJoon.

Él no es el responsable de aquella reacción en su precioso exnovio, y eso le encabrona. El grave sonido de sus gruñidos se oye por toda la habitación, apuesta que ya han sido oídos por algunas mujeres de la limpieza, porqué precisamente Namjoon no es de contener la compostura en lugares públicos, bien lo debían tener en mente, no era la primera vez que el moreno hacia esa clase de cosas en la oficina, en probadores de alguna tienda costosa, en cubículos de algún baño caro, sólo que a excepción a otras ocasiones el bonito culo de Yoongi no rebozaba sobre su miembro, no podía sentir las estrechas paredes húmedas asfixiando su erección, no estaba Yoongi con él. Se encontraba a solas, masturbándose por los celos, y su traidora mente, haciéndolo imaginarse a su pequeño con alguien más, sin embargo nadie más puede tocarlo.

Lo quería solamente a él.
NamJoon, tienes problemas

A su dulce lengua recorriendo los restos de semen.

Debes dejar ir a Yoongi. Es por su bien, NamJoon.

A esas dulces mejillas teñidas por un suave color rojizo al sonreír.
Yoongi debe ser libre. No necesita a un hombre obsesivo, y celoso cómo lo eres tú, Namjoon.

A esas cálidas paredes calientes, y húmedas recibiendolo aún cuando podía comportarse cómo un maldito animal en la cama cada vez que lo tomaba.
No me importa si lo lastimo.
Él solo puede ser mío.

Apretó los párpados con dolor, un alarido de satisfacción escapó de sus gruesos labios húmedos en cuánto algunas contracciones oprimieron el vientre plenamente trabajado del moreno, y tiras de semen eran derramadas sobre papeles en el suelo, su pantalón, al igual que su abdomen.
Ya haría pagar al pequeño culpable por hacerlo sentir celoso.
Las manos de Namjoon fueron directo al móvil, tomándolo firmemente enfocó la cámara directo al desórden que había ocasionado por culpa de Min Yoongi. Un par de parpadeos bastaron para ver a través de la pantalla la imágen: Su diestra sosteniendo el grosor del viril firmemente, algunas gotas espesas derramadas resbalaban en el glande hinchado, finalmente el pantalón hecho mierda. No dudó en mandar el mensaje a su pequeño amado, seguido de una nota de voz.

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Espero estés satisfecho de tus actos. Aún me fascina saber que intentas olvidarme con mocosos, Yoongi. Ésta noche iré a tu departamento a demostrarte, una vez más a quien mierda pertenes. Quiero que prepares tu bonito culo, bebé. No creo que puedas ir con él mañana, así que dile de mi parte que papi te romperá el culo.

— Recibido a las O2:45 a.m.
— Leído.
— Escribiendo...

Vete a la mierda, Namjoon.

— Ya veremos quién quedará en la mierda, Yoongi.
















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¡No podía dormir! Así que decidí aprovechar mi imsomnio escribiendo un pequeño pero larguito limón. ♡
Si ven por ahí algún horror ortográfico, de verdad lo siento. Son casi las tres de la mañana, y es mi primer One shot (el primero que subo), así que perdón si es muy malo.
Próximo capítulo Yoongo en silla de ruedas. Hasta aquí mi reporte, Joaquín.

MINE ; Namgi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora