Tiempo perdido

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En silencio, frío, me paro a respirar por un segundo, el tic tac del reloj de fondo que no me da tregua, un latido, dos latidos, dejo que mis pulmones absorban todo el aire que quieran, que se llenen de la vida que me falta, aunque más que ayudar ahogue.

Caótico, desordenado, inconstante, un corazón cansado, fugaz, como las estrellas, como cada pestañeo de tus ojos que se cruza con los míos.

El problema no es la falta de ganas o de hogueras en las que arder, el problema es que el combustible se agota, que nuestra alma no siempre tiene el suficiente, se generan vacíos en ella que se adueñan de nuestro interior, vacíos cuyas profundidades parecen insondables...

Es difícil regresar a la superficie una vez decides saltar al abismo, ¿Pero...quién dice que no puedes tirar hacia arriba de ti mismo?

IntrospecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora