Una Trampa Mágica (Kim Hyun Joong y tú) (Romance - Hot)

Capítulo 2

... esa voz dijo mi nombre y yo sólo me detuve.

-Y ahí estaba él, con la sonrisa burlona que me acompaña desde que llegué, si no lo mencioné antes fue porque no me pareció de gran importancia, y era verdad él no me importaba o es lo que me obligaba a creer.

Se acercó lentamente a mí, como si el tiempo se detuviera, pude ver esos ojos color negro profundo que me ponían nerviosa, y esos labios gruesos y rosados que me provocaban un sinfín de emociones (Pero que rayos, ¿qué demonios me pasa?) este cretino estuvo molestándome, siempre se portó grosero, y claro hoy no podría ser la excepción.

-Eyyy!! Acaso no escuchas lo que te digo... ¿señorita Tn ____? – Al escucharlo salí de mis pensamientos o mejor dicho del trance en el que él me tenía.

-¿Disculpe? Pero que acaba de decirme no escuché – enserio no había escuchado nada.

-Al parecer tengo que repetirle las cosas varias veces para que entienda, no es la primera vez que llega corriendo a su servicio ¿No puede levantarse más temprano? – Ok tenía razón pero las clases y los horarios de práctica se me están haciendo muy pesados y ya no duermo bien, sin contar que el hospital sí queda algo alejado del lugar en donde vivo, de todas maneras no era necesario que él me diga que hacer, ni siquiera era el jefe, director de área, coordinador, ¿por qué se toma esas atribuciones conmigo?

-Lo lamento sé que no tengo que excusarme, pero si tendría la necesidad de hacerlo lo haría con el director o coordinador del hospital o servicio, así que con su permiso Doctor pero tengo que seguir con mis labores y la verdad usted ya hizo que pierda gran parte de mi tiempo.

-Ja! Será posible lo que acabo de escuchar, no respetas a tus superiores. Eres mal educada, sin embargo si bien no soy director o coordinador, soy el Dr. Kim Ji Soo, uno de los mejores cardiólogos de Corea del Sur, soy tu superior y me debes respeto, así que deja de contestarme de esa manera – enarcó una ceja, estaba provocándome y no quería salirme de control y terminar diciendo cosas que luego me pesarían.

-Entonces me dis... -- antes de que prosiga con mis disculpas – él me tomó del brazo y jaló de él – yo no reaccionaba, sólo me dejé llevar – Demonios qué pasa por qué no reacciono – pensé. Sólo podía verlo, él tenía un semblante serio, hasta que paramos en una puerta la cual él abrió e hizo que entre junto con él, el lugar estaba oscuro y yo estaba fuera de sí que no me fije en donde estábamos, cuando de pronto encendió las luces y me di cuenta que estábamos en una habitación de descanso para el personal médico, yo sólo me limité a verlo a los ojos un poco asustada pero a la vez sentía curiosidad por lo que él había hecho, de pronto sentí que su peso fue contra mí e hizo que yo me recargará en la pared, sus brazos estaban a los lados de mi cabeza – tragué saliva -- ¿qué trata de hacer?, bajé la mirada porque me había puesto nerviosa y podía sentir su respiración mezclarse con la mía – (Oh demonios que bien huele) – podía sentir su perfume, era embriagante, él no decía palabra alguna y tampoco esperaba escucharla sólo quería que actúe, así que levanté la mirada y miré fijamente sus labios que me incitaban a besarlos, más arriba me volví a encontrar con sus ojos negros y profundos, nos detuvimos ambos la mirada y de pronto el comenzó a inclinarse hacia mí – Me va a besar – pensé, cerré mis ojos, esto me causaba una ansiedad infinita, esperaba el momento en el que sus labios toquen los míos pero me sobresalté cuando sentí algo húmedo en mi cuello, abrí los ojos y ahí estaba él besando y succionando mi cuello con mucho frenesí, hizo que mi cuerpo se estremezca – (esto en realidad está pasando y lo peor es que no quiero que se detenga) – él bajo sus manos a mi cintura y me atrajo hacia él, no quedaba espacio entre los dos, nos encontrábamos juntos y rozando nuestros cuerpos, por fin dejó de besar mi cuello con el cual se había tomado tiempo mientras yo estaba disfrutando y retorciéndome, me miro a los ojos y tomó mi rostro con ambas manos para luego juntar sus labios con los míos, el beso que esperé al parecer desde el primer día en que lo vi, él en realidad me gustaba.