Capítulo 3

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Tristan detuvo a Helios y a Dark mientras veía a todos los peones algo alborotados. Le había costado un poco volver ya que Dark se había puesto algo rebelde. Pero al final lo había conseguido. Pero sobre todo había tardado por quedarse sentado leyendo una y otra vez aquella nota. Él no había vuelto a ese lugar luego de que ella se marchó… y así fue que se olvidó completamente de aquel último día que habían pasado juntos. Se le llenó el corazón de una extraña amargura… era raro. Haber leído eso 10 años después, era muy raro. Soltó un suspiro, no comprendía por qué le dolía. Antes era solo un niño.

Uno de ellos lo vio y le avisó a Brad. Al instante el castaño corrió hacia él. Extrañado, Tristan se bajó del caballo.

—¿Qué pasó? —le preguntó a su primo cuando este llegó a su lado. 

—Llegó el jefe —dijo algo agitado. 

Tristan alzó amabas cejas. No esperaba que Jhon llegara tan temprano. Casi siempre lo hacía por la noche. Llamó a uno de sus compañeros y le pidió que guardara a los caballos. Se acercó a Dark antes de que se alejara.

—No más líos por hoy, ¿entendido? —le dijo. El caballo meneó la cabeza. Tristan sonrió y palmeó su lomo antes de que se lo llevaran. 

Comenzó a caminar hacia la casa. Brad se apresuró a seguirlo. 

—Espera —le dijo. Tristan siguió caminando.

—¿Por qué están tan alterados todos? —preguntó Tristan y lo miró de costado —Es solo el jefe. No es la primera vez que viene…

—No es por eso —consiguió decir Simpson mientras intentaba ir a la misma velocidad que su primo —No llegó solo…

Está vez Tristan se detuvo y lo miró con el ceño fruncido.

—¿No llegó solo? —inquirió. 

—No… llegó con una chica y un chico. Parecían una pareja o algo así. Entraron con él a la casa grande. Algunos de los muchachos dicen que… que deben ser compradores.

El corazón de Tristan se detuvo. Eso no podía ser cierto. Seguro que no lo era. 

Si se había rumoreado que Jhon Brooks tenía ganas de vender el campo. Pero hasta el momento Tristan no lo había creído porque simplemente su jefe jamás le había mencionado nada. Pero de repente se sintió intranquilo. Aquel campo lo era todo para Tristan y no se veía en otro lugar que no fuera ese. 

—Voy a ir a hablar con él —le dijo y comenzó a correr hacia la casa. 

Si Jhon tenía pensado vender el campo, Tristan haría lo imposible para evitarlo. Incluso sería capaz de comprárselo él mismo. No por nada había ahorrado casi toda su vida. Se veía capaz de comprar aquellas tierras. O por lo menos una porción. 

Entró a la casa por el lado de atrás, como siempre. Al primer lugar al que entraba era a la cocina. Su madre se sobresaltó un poco y giró para mirarlo.

—¿Qué te pasó? —le preguntó preocupada.

—¿Dónde está el señor Brooks? —dijo al instante.

—En su despacho —respondió ella extrañada.

—Bien —musitó Tristan y comenzó a caminar para salir de allí.

—Tristan, hijo… espera —ella lo siguió pero al parecer Tristan no la escuchaba —¡El señor no vino solo!

Se quedó quieta en su lugar ya que al parecer él no la había escuchado. Soltando un suspiro volvió a la cocina. Aun no podía creer que ella estuviese allí de nuevo. Casi sonrió. Tristan tampoco iba a creerlo cuando se enterara. Ella había sido tan importante para él cuando era un niño. ¿La recordaría? Estaba segura de que si. Volvió a concentrarse en la comida. Más tarde iba a ver la reacción de Tristan hacia la llegada de ______.

Dark Horse. [Tristan Evans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora