Hasta Viejitos Chim Chim 《Kookmin》

Capítulo 2

    Habían pasado días y el recuerdo de aquel joven mesero rondaba la mente del rubio.

– Bueno aquí tenemos Estofado de pollo picante,Para la hermosa dama. Ramen picante con Camarones para el joven presente, Y...Bueno, Kimchi para el joven de ojos preciosos –  enfatizo en lo último.
– Mu-Muchas gracias –
   Jimin sentía su cara arder, no podía comprender porque ese joven tan apuesto estaba coqueteándole tan descaradamente; pero peor aún ¿Por qué le agradaba tanto? Jimin se encontraba tan distraído en la ola de emociones que cargaba dentro de sí, hasta que el ardor en sus muslos lo trajo de vuelta a la realidad.

– Lo siento, lo siento he sido muy torpe–  Un Jungkook apenado por haber arruinado su primer día de trabajo intenta socorrer a su cliente – Permíteme limpiarte– tomó una servilleta de la mesa y sin pensarlo la frotó por los muslos del contrario. Jungkook no caía en cuenta de lo comprometedor de sus actos hasta que accidentalmente acaricio la entrepierna del rubio– No te preocupes yo lo puedo hacer–  Jimin le rebató la servilleta, tratando ser lo menos brusco posible– Lo...lo siento– es lo último que se le escucha decir al castaño antes de que se emprendiera en la huida.

      Jimin sonríe inconscientemente tras recordar lo último. Pues aquel joven se había presentado tan seguro de sí, que fue casi imposible no impactarse tras escucharle balbucear. El menor estaba realmente avergonzado, Jimin lo sabía, mas fue una lástima que el castaño huyera. El rubio realmente quería decirle que no se preocupara, que los accidentes ocurren y que él lo comprendía. Pero pasaba el tiempo y el castaño no hacia acto de presencia, por lo que Jimin vencido por la situación opta por dejar una nota con la esperanza de que la misma llegue a manos de aquel mesero. ¿Realmente habrá llegado la nota a su destino?

◇ ◇ ◇

     Jungkook llora, sus lágrimas eran similares al cauce de un rio en tiempos de lluvia. Estaba tan decepcionado de si, como fue posible que arruinara su primer día de empleo.

– ¿Jungkookie que ha sucedido? No llores Kookie por favor–  Taehyung socorre a Jungkook en un cálido abrazo. Si hay algo que más detestara el pelirrojo era ver a su mejor amigo llorar–  lo he arruinado Tae, mi primer día de trabajo y lo he arruinado–  Un comprensivo Tae acaricia sutilmente la mejilla del menor.

– Ah no te preocupes Jungkookie, los accidentes suelen suceder no te presiones tanto. Un mal día es más común de lo que crees sabes–

– No lo entiendes Tae, él era tan apuesto, que yo realmente quería impresionarlo. Pero terminé por derramar su comida sobre  él y acariciando por accidente su entrepierna– el pelirrojo suelta una leve carcajada.

– Tranquilo Kookie, acariciar entrepiernas ajenas por accidente suele ser más común de lo que crees sabes. El otro dia yo por accidente se lo he agarrado a Ho...–

– ¡Hyung! ¡No ayudas sabes! ¡Tus relatos sobre tu vida amorosa ni tus actos de joven precoz no me hacen sentir mejor sabes!– Decidido abandona la cocina, aquella charla con su mejor amigo definitivamente no le había ayudado en lo más mínimo. Como podía ser posible que Taehyung tomara a chiste el hecho de que él le haya acariciado la extensión a su cliente, puede parecer cómica la situación, pero ¿Acaso no merecía, por lo mínimo, algo de respeto?

Jungkook caminaba por el pasillo maldiciendo por lo bajo, lo desagradable que Taehyung había sido. Al llegar a la recepción del restaurante el abuelo Kim le solicita – Jungkook hijo, acércate un momento par favor–

– ¿Si abuelo Kim? – Jungkook ruega que el abuelo Kim no se haya enterado de lo sucedido anteriormente, seria demasiada vergüenza para un solo día. No es que Jungkook no fuera a decirle, pero el realmente quería hacerlo en otra ocasión; sobre todo buscar el foro ideal para revelar semejante información.

– El joven que atendiste te ha dejado una nota y me ha pedido que te la entregase junto con la propina–

– Gracias abuelo Kim–

– No hay de que Jungkook, puedes retirarte tu turno por hoy ha terminado–

– Hasta mañana abuelo Kim–

   Habían pasado varios días desde aquel incidente en el trabajo, y aquella nota aún permanecía cerrada. Jungkook no encontraba el valor para abrirla, pues pensaba en todas las posibilidades de lo que esa nota podía contener. Quizás una queja, una reclamación o un insulto, en el peor de los casos. El castaño caminaba de un lado a otro de la habitación con la nota en mano. La curiosidad lo estaba matando, fuese bueno o malo lo que estuviese dentro de la nota, él debía afrontarlo. Sin prolongarlo más, Jungkook abre la nota...

¨Los accidentes suelen suceder no te sientas mal por lo ocurrido, gracias por tu excelente servicio y por hacer de nuestra noche una amena, joven de la sonrisa perfecta¨

    Un instantáneo rubor se hizo presente en las mejillas del menor. Pudo esperar todo, que le insultase, que le reclamase, incluso que se quejase con su jefe. Mas no, aquel joven precioso que cautivo al menor le estaba agradeciendo e incluso alagándole. El no cabía dentro de sí, más se maldecía por haber esperado tanto para abrir aquella nota. Si quizás la hubiera abierto en aquel instante o si quizás hubiera salido antes de la cocina el joven le hubiese entregado la nota personalmente, es más mejor aún, se lo hubiese dicho. Una gran impotencia invade al menor, pues quisiera hacer tanto. Él hubiese querido responder a aquella nota, agradecer por aquellas palabras y nuevamente disculparse de manera más formal. Hubiese querido retribuirle aquel mal momento, pero tristemente esto no será posible.

    Jungkook se siente frustrado. Pues recuerda aquella película donde los protagonistas se conocen por accidente y terminan locamente enamorados. Se pregunta, Sería posible que aquel rubio terminara locamente enamorado de él. Jungkook ríe, aquel absurdo pensamiento definitivamente era tan real como que lloviera para arriba y que el mundo fuese plano. Más solo hay un gran deseo en su corazón, y es que aquel rubio sonría más a menudo, pues un joven tan hermoso como mínimo merece que el mundo gire a su favor.