Un secreto mal guardado.

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Hola gente que lea esto, se que no hay muchas historias o relatos sobre la pareja de Sticks y Tails,  así que junto a otra historia que hice quise plasmar como seria el amor entre los dos, pero esta historia se centrara en un enamorado Tails que trata de ganarse a Sticks.


En una isla lejana, donde el mar rodeaba casi todo a la vista, en un día como cualquier otro, un grupo se divertía en la playa. Sonic, Amy y Knuckles. Los tres amigos estaban pasando el rato mientras no había nada que hacer, al menos para ellos, pues dos de sus usuales integrantes se encontraban haciendo otras cosas.

Un zorro amarillo al que le gusta le llamen "Tails", se encontraba en su taller mecánico, descansando después de una larga noche de tratar de inventar algo para ayudar a su equipo, mientras que una alocada tejón llamada Sticks estaba en su madriguera tramando algo en secreto.

La tejón siempre estaba tratando de mejorar sus trampas para capturar agentes del gobierno o a extraterrestres, aunque en esta ocasión eso pasó a segundo plano mientras merodeaba por su casa. La chica deliraba sobre ser vigilada por el gobierno de alguna parte, creyendo fervientemente que algún transmisor camuflado en su hogar le transmitía sus secretos a alguien. Un pensamiento sin muchos fundamentos, pero que frustraba a la joven mientras buscaba por todo su hogar algún transmisor.

—¡No desplegaras ningún tipo de información sobre mí!, ¡Muere! —Repetía Sticks con vozarrón hacia la nada, retumbando su alarido por los alrededores, ahuyentando a las aves cercanas.

Más mientras la joven lanzaba amenazas, un súbito ruido metálico llamó la atención de Sticks, quien sin pesarlo ni un momento, lanzó su boomerang en dirección del sonido, destrozando por completo una tostadora, la cual había sido con anterioridad por la tejón para prepararse un desayuno, arruinando este por el golpe de su arma.

—¡Malditos robots, me engañaron por última vez! —vociferó con molestia la chica, frustrada por no encontrar el transmisor y acabar con su electrodoméstico.

Sticks se quedó pensando un momento sobre qué haría, pasando por encima de las piezas de su tostadora cual pasaría sobre pétalos de flores. La joven tenía hambre y enojo, combinación no muy buena en ella.

Mientras tanto, en otra parte; Amy trataba de conversar con Knuckles mientras se relajaban en la playa, aunque disfrutaba el no hacer nada en la arena la joven extrañaba el hablar con alguien, quien muchas veces era Sticks, no obstante, aunque intentaba tener una amena charla con su amigo ojo, este solo sacaba lo primero que llegaba a su mente sin procesar sus ideas con tiempo, Sonic no paraba de hablar sobre sí mismo a la vez que jugaba al voleibol solo, así que no era una opción platicar con él.

Aburrida, y sin nada mejor que hacer, Amy se dirigió a la choza de Sticks para conversar con alguien más "cuerdo" que el musculoso de Knuckles o el erizo. Aunque al poco tiempo de caminar, se encontró a su amiga en medio del trayecto, parecía buscar algo por el suelo.

—¡STICKS! —alabó con alivio y alegría el erizo rosada, acelerando el paso mientras agitaba su brazo en el aire.

—Hola Amy, ¿cómo estás? —saludó de vuelta la impetuosa tejón, que parecía mirar con sospecha a Amy —A menos que no seas Amy... y que el tostador haya revelado mi posición a los ¡Gnomos imperiales!

Los argumentos que la tejón gritaba parecían divertir a la erizo más que preocuparle, las chicas se conocían desde hacía un tiempo, lo que ya tenía acostumbrada a Amy sobre las locuras de su compañera.

—Tu nunca cambiaras, Sticks —alegró la chica con una sonrisa —soy Amy, ningún gnomo lo que sea.

La chica rosa se alegraba mucho de poder hablar con alguien que, al menos, pudiera seguir su hilo de conversación y que le prestara atención, si bien Sticks a veces perdía su cordura, nunca desdeñaba a su amiga rosa.

Nacimiento del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora