'Que vida...'

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Era su rutina de cada día.

Levantarse demasiado temprano en la mañana aunque no quisiera para ir a su universidad por el simple capricho de ver a cierto muchacho de cabellos castaños y ojos ámbar.

¿Que por qué? Por el simple hecho de tenerlo en su memoria y fantasear con él, todo el día. Siquiera sabía su nombre, o que en que facultad estudia, sólo sabe que lo cautivo completamente a la primera mirada. Algo de un manga shojo.

Al final del día estando en su cómodo lecho después de las agobiantes clases que se perdió, desvelarse pensando en el mismo muchacho de ojos ámbar. O si Morfeo es el vencedor, soñar con el mismo chico, poder estar entre sus brazos y poder acariciar su piel y cabello.

Teniendo ese sentimiento queriendo darselo a él y sólo a él, aún así se conforma con mirarlo todos los días. Si era sincero consigo mismo, podría decir que no tenía ni la más mínima idea de cómo acercarse a él. Sonará estúpido pero a veces se ponía celoso del mismo viento que acaricia su lindo rostro.

Está enamorado, lo admite. Lo vio y se enamoró por muy cliché que suene.

Podría iniciar una conversación casual con él (aunque Ash no sea de hablar mucho), conocerlo, ser amigos y quizá, remotamente quizá, convencerlo de salir juntos.. como pareja.

Lo único que necesita es una señal, sólo una ligera y pequeña mirada suya diciendo que tal vez tenga una oportunidad. Nada más le importa ahora que estar al lado de ese chico, tenerlo entre sus brazos, probando aquellos labios rosas.

'Sé realista, nunca sucederá..'

Dijo para sus adentros Kuro, soltando un pesado suspiro recosto su rostro sobre sus brazos en el pupitre. Escucho unos pasos acercarse a él y al escuchar su saludo supo por la voz que era su hermano Hyde.

"¡Yo, nii-san!" Kuro no se movió de su posición sólo soltó un ligero 'mmm' en respuesta. "Ne, ¿Por qué pareces más deprimido que de costumbre?"

De nuevo, el peliazul no se movió ni contestó.

Hyde se quedó un momento mirando a su hermano. Porque bien sabía la razón por la que Kuro estaba así, pues aunque no se lo dijera era bastante obvio que su querido hermano sufría por un amor aparentemente no correspondido. Y al parecer ese amor venía de un muchacho castaño.

Por suerte para su hermano, él conocía a uno de los amigos del castaño y con el plan que estaba ideando justo ahora en su cabeza, Kuro quizá por fin pueda decirle los que siente.

Pero la llevará a cabo después pues que mejor manera hay, que darle una sorpresa.

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No tenía noción de cuánto tiempo llevaba parado ahí.

Antes de la su última clase Hyde le pidió que lo esperara en el cerezo que quedaba atrás de la univsersidad. No le preguntó por qué, ya había suficiente molestia en su cabeza.

Bostezando, se dejó deslizar por el tronco del árbol. Se dispuso a tener una siesta hasta que su hermano llegará.

—"Mm, ¿Disculpa?" O eso quería hasta que escucho la tierna voz del que ha sido dueño de sus pensamientos y sueños durante semanas.

Kuro abrió los ojos de golpe y miró a la dirección donde lo escucho. Ojos ámbar reflejando curiosidad, una de sus delicadas cejas arqueadas expresando confusión, y si su cerebro no lo engañaba parecía algo nervioso. Por un segundo, pudo sentir que su corazón se salto dos latidos.

—"Eh, mi amigo Licht dijo que lo viera aquí pero..."

El cerebro de Kuro hizo clic al tiempo que su ojo hacía lo mismo, pues recordó que su hermano tenía un 'amigo' del nombre Licht que se proclamaba así mismo como un ángel (aunque de 'angelical' no tenía casi nada) estudiando en veterinaria. Entonces, su hermano tenía una fuente con la cual pudo haberse acercado al muchacho castaño que tenía frente a él todo este tiempo?

'Más te vale haber escrito tu obituario, Hyde...'

El castaño preguntó si podía sentarse y esperar a su  amigo. Kuro se hizo a un lado, dejando el suficiente espacio para el chico y entre sus cuerpos.

Para lo que parecían segundos de un pacífico silencio, para el peliazul no eran más que una tortura mientras pensaba cómo iniciar una conversación con el menor.

"Cuál es...?" Dijeron al mismo tiempo

Kuro miró a otro lado avergonzado cuando vio que el muchacho sonrió y soltaba una pequeña risa para después decirle “Empieza tú primero, por favor" mostrándole una brillante sonrisa.

Kuro sintió su rostro arder, pero aún así preguntó "C-cuál es tu nombre?" Se abofeteo mentalmente por su voz titubeante y con tono nervioso.

El mayor podría estar seguro que le daría un ataque si seguía viendo la sonrisa tierna del muchacho.

"Shirota Mahiru," respondió con amabilidad sin perder su sonrisa. El peliazul trató de repetir su nombre las veces que fueran para no olvidarlo. "¿Cuál es el tuyo?"

Saliendo de su pequeño trance el peliazul carraspeo unas cuantas veces, y con su voz algo baja logró responder "Kuro.."

Mahiru siguió con su sonrisa aún después de fijar su mirada en el pasto comenzando a jugar con este.

"Hey, puedo decirte un secreto?..." empezó el chico a hablar después unos segundos. Kuro asintió levemente con su cabeza para que Mahiru continuara.

"Esto sonará extraño, pero sabes yo..." Shirota se mordió el labio por lo que estaba a punto de confesar. Podía sentir la mirada plateada en su persona pero sin llegar a presionarlo a que hablase. "Yo... te he estado observando, hace unos cuantos días.." dijo por fin.

Aún está fresco en su memoria la primera vez que lo vio, pasando por la gran biblioteca del Instituto buscando algún libro de su interés. Empezó a seguirlo hasta que encontró el libro, pedirlo y volver a su aula. Pero después no tuvo valor para acercarse. Sólo se conformaba con mirarlo a lo lejos.

Mahiru trató de respirar hondo, después de días estaba frente al hombre que no salía de su cabeza. No debía desperdiciar esta oportunidad!

Pero el silencio de Kuro lo estaba desesperado. Estará pensado que es raro? Ya no querrá volver a verlo?

'Di otra cosa, maldición!'

"Yo también..."

Los ojos de Shirota se abrieron de par en par y que antes miraban el suelo, se dirigieron al peliazul el cual tenía su cara roja hasta las orejas cubierta con una de sus manos. Sus ojos mirando a algún punto alejado.

"También... te he estado observando..." Sus mejillas totalmente rojas. Al igual que las de Mahiru, hasta un poco más.

El castaño no lo pudo evitar pero sonrió, una amplia sonrisa. Se acercó un poco y beso la mejilla del muchacho mayor, se alejó rápidamente pues su cuerpo actuó sin pensar.

Por otro lado, el peliazul estaba de piedra con el rostro rojo por el resiente beso.

Se formó un silencio entre ambos y también ninguno quiso decir algo por el bien de sus enormes sonrojos.  

*°*°*°*°*°*°*°

Asdff ya paso un rato desde que escribí un one shot con ellos y pum esto salió xd

Inspirado en la canción «Que vida la mía» de Reik.

🐱💙🐾

~KuroMahi One shots~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora