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Subiste por los desgastados tablones de madera que servían de escaleras para subir a aquella casa del arbol.

Al llegar adentro solo te acostaste en la sucia madera que servia de piso, realmente se te dificulto subir debido a tú falta de fuerza fisica.

Luego de descansar miraste a tú alrededor.

Posters, juguetes, sandwiches a medio comer, envolturas de golosinas vacias, comics de superheroes, dibujos hechos con crayones, almohadas y sabanas sucias y una linterna.

Sí, todo indicaba a que esto le pertenecia a un niño.

-¡Hola!.

-¡Ah!-Saltaste asustado por la sorpresa-.

-¡Oh!, ¡lo siento mucho!, no fue mí intencion asustarte-se disculpo el chico-.

Observaste detenidamente al niño que estaba frente a tí. Su cabello era de un rubio poco natural, llevaba un par de lentes y una camisa azul llena de tierra, pegamento, pintura y manchas de comida. Pero lo que más sobresalían eran sus extraños ojos.

Ninguno apuntaba a un punto fijo como deberia de ser, al contrario, un ojo miraba hacía arriba y el otro miraba hacía abajo.

-No te preocupes, estoy bien-dijiste aún confundido por la extraña situación en la que te encontrabas-.

-¡Oh!, ¡que descortés soy!, dejeme presentame, mí nombre es Mark-se presento el chico enfrente tuyo-¿Cuál es su nombre?-.

-Prefiero no decirlo por ahora, mi nombre es muy raro, casí parece nombre de usuario de wattpad-.

-¿Nombre de qué cosa?-preguntó confundido-.

-Nada, solo fue un intento de romper la cuarta pared.-dijiste intentando restarle importancía al asunto-.

-¿Deacuerdo?...-dijo extrañado y un tanto confundido el rubio-Y digame, ¿porqué quiso venir a mí baticueva?, ¡no me malinterprete!, me gusta tener visitas-.

-Bueno, encontre esto en la puerta de mí casa, tenía escrita esta dirección. No es como si hubiera tenido algo mejor que hacer.-contestaste mientras le entregabas el ya mencionado papel-.

-¡Wow!, ¡no puedo creerlo!, ¡al fin alguién acepto venir!-Exclamo Mark con alegría y emocion-.

-Espera, ¿estas diciendo que esto ya lo habías hecho antes?, ¿con otras personas?-.

-¡Sí!-dijo con una gran sonrisa en su rostro mientras alzaba las manos al aire-.

-¿Estas consciente de que pudiste haberle dejado esto a un pedofilo o a un asesino?-.

-¡No!, ¡y ahora que lo pienso eso fue mala idea!-dijo aún con los brazos en el aire y con la sonrisa en su rostro-.

Soltaste un suspiro, en verdad que este niño no tenía remedio.

-Por cierto, ¿qué es "pedofilo"?-pregunto ya con los brazos abajo y un rostro algo confundido por la extraña palabra que uso su invitado/a-.

-Uh...-no sabías como explicarle eso a alguién lleno de inocencia y que todavía no había sido corrompido por el internet y los fanfic's-Eso es algo que le debes de preguntar a tus maestros-dijiste tratando de evitar dicho tema-.

-Oh...¡deacuerdo!-dijo mientras una sonrisa se volvia a dibujar en su rostro-.

Soltaste otro suspiro, pero ahora de alivio.

-Bueno, dejando eso de lado, ¿para que me trajiste aquí?-preguntaste sin muchos rodeos-.

-Bueno, no tengo muchos amigos y mí mami casí nunca esta en casa, por lo que quize invitar a alguién para poder contarle algunas de mis aventuras-explico Mark-Por lo que después de intentar y intentar al fin pude conseguir a alguién para que las escuchara

En cierto modo te dio lastima oir eso, pero no podias hacer nada para que tuviera más amigos.

-Bueno, pues no estaría mal escuchar algunas anecdotas-dijiste a la vez que una sonrisa relajada se formaba en tú rostro-.

-¡Muchas gracias!, ¡no sabe cuanto espere por esto!-los desviados ojos de Mark ahora reflejaban alegría pura-.

Reiste por lo bajo-Deacuerdo, pero con una condicion-.

-¡Hare lo que sea!-.

-Deja de llamarme de "usted", me siento viejo/a-.

10 anecdotas de un niño tonto >OD!Mark<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora