Capítulo I

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Habían pasado ya un par de meses desde que la pareja había salido de la academia. Todo era distinto desde fuera, la gente, las firmas, los contratos y entrevistas... Incluso su relación. Ahora no tenían que preocuparse por las cámaras ni evitar a los compañeros para estar a solas. Por no hablar de la habitación, nada que ver con la de la academia. Ésta era íntima y exclusiva para los dos jóvenes. Y es que sí, hacía ya unas semanas que la joven pareja se habían mudado juntos a un apartamento en el centro de barcelona. Eran las 7:00 cuando la chica se estiró y despacio abrió sus ojos. Le reconfortaba saber que Alfred estaba detrás suyo abrazándola por la cintura con su aliento en el cuello. Amaia sonrió, alargó su brazo y alcanzó el vaso de agua que él le había traído por la noche tras sus quejas incansables. Mantuvo el equilibrio mientras acercaba el vaso y, sin previo aviso tiró su contenido sobre el chico que a su lado descansaba. Éste gritó al notar la helada agua sobre su piel desnuda y abrió sus ojos de par en par.

-¿Qué haces?

Ella se encogió de hombros.

-¿No sabes?

Ella negó mientras reía a carcajadas.

-¿No sabes-preguntó él con un tono travieso en la voz-?

Con un Movimiento rápido se posicionó sobre ella y comenzó a hacerle cosquillas. Amaia se retorcía sobre sí misma mientras explotaba en carcajadas y suplicaba al joven que parara.

-Alfred, por favor, para, por favor, para alfred...-reía la chica.

-¿Quieres que pare-Preguntaba entre risas?

-Sí-gritaba ella.

-¿Segura-preguntó?

-Dios sí, Alfred, para por favor.

-Está bien...-Rió él.

-Gracias.

Él, aún sobre ella, se inclinó levemente acortando la distancia entre ambos. Amaia al ver sus intenciones sonrió y acercó sus labios a los suyos en un corto beso. Pero ese corto beso no era suficiente para Alfred, quien quería más por lo que se inclinó completamente sobre ella y la besó en un lento y apasionado beso. La mano de Alfred se deslizó por debajo de su pijama rozando su piel mientras dejaba pequeños besos cortos en el cuello de la chica. Y aunque a ésta le gustaba, es más le encantaba, no podía evitar ser realista e interrumpir su pequeño momento.

-Alfred- mas él no se inmutó siquiera-, Alfred- la chica se movió haciendo que el chico la mirara confuso-.

-¿Qué pasa-dijo sonriendo?

-Alfred, Tenemos una entrevista para la gala de Eurovisión en media hora.

-Agh-se quejó el joven.

-Tenemos que desayunar, cambiarnos, llegar al sitio...

-Disfrutalo y deja de pensar tanto. Sólo disfruta...

-No Alfred... Alfred tenemos que irnos- La chica se levantó dejando al chico frustrado tirado en la cama.

Se dirigió a la cocina y abrió la nevera para sacar la leche. Cogió también la mantequilla y puso a tostar el pan. Fue al estante de los tazones para coger las tazas que les regaló una fan en una de sus firmas pero no estaban.

-Alfred, ¿Has visto las...? No terminó de hablar ya que fue interrumpida por una voz muy familiar

-ejem... -Amaia se giró para observar a su novio que se alzaba frente a ella sonriente mientras que sostenía ambas tazas en sus manos. Ella se acercó sonriente dispuesta a coger las tazas mas él las alzó de forma que la chica no llegara a ellas. La joven frunció el ceño mientras alargaba su cuerpo intentando coger los recipientes pero él continuaba levantándolas. Fue entonces cuando la chica se posicionó frente a su cara y besó su boca. Un beso suave y romántico al principio que hizo que el joven comenzara a bajar las tazas. Entonces ella alargó su mano para atraparlas pero le fue imposible ya que su plan fue descubierto a medio camino e hizo que el chico levantara ambas de nuevo. Y, en vez de parar, fue él quien intensificó el beso. El joven bajó de nuevo las tazas pero, esta vez, no hubo ningún intento por recuperarlas. La joven estaba tan embelesada por los labios del chico que ni siquiera se dio cuenta de que éste estaba ya presionándola contra la pared de la cocina mientras acariciaba su pelo. Ella, volviéndose loca, seguía el movimiento que el joven marcaba mientras el ambiente se volvía más y más caliente cada vez.

-A la habitación, ahora- dijo la chica. Y fue el chico el que la llevó hasta allí mientras continuaba besándola. Al parecer la cita con la prensa tendría que esperar.

Creando una nueva ciudad// AlmaiaWhere stories live. Discover now