Capítulo V

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Los dieciséis exconcursantes se hallaban en el salón de la academia ante la que fue su directora y a la que tanto adoraban. Ana y Mimi, quienes llevaban en la misma posición desde que habían deshecho las maletas, reposaban la una junto a la otra de forma tranquila, mientras que Aitana peleaba con Cepeda por un sitio en el sofá. Amaia y Alfred, uno sobre el otro, se miraban de forma dulce mientras sonreían con brillo en los ojos. Thalía, Juan antonio y marina, que fueron los primeros en llegar después de la orden de Noemí, descansaban pacíficamente recostados sobre el sofá. El resto, o se encontraba apelotonado en el limitado sofá o esparcido libremente sobre el suelo. Ha de ser dicho que Raoul y Agoney no pasaban desapercibidos. El canario, al lado del catalán, dejaba que éste se recostara en su hombro ya que, no mucho antes, había alegado que se encontraba cansado.

-De acuerdo- comenzó Noemí llamando la atención de los presentes-, si os he llamado es porque, como ya sabéis este circo ha comenzado de nuevo, y aunque no sea lo mismo, sigue siendo lo mismo.

Los chicos comenzaron a reír ante las palabras de la directora mientras ésta continuaba su discurso enmendado lo que acababa de decir.

-Me refiero a que, aunque esto ya no sea el mismo concurso y que estemos aquí por diversión si lo queréis llamar así-pausó sus palabras un segundo para reanudar después-, yo estoy porque me pagan-susurró irónicamente. Los jóvenes rieron y Martí, desde recepción, gritó algo que no llegó a ser oído pero que todos se imaginaron-. No ahora en serio, aunque no sea lo mismo, las normas que se establecieron se tienen que seguir cumpliendo. Y no quiero tener que cerrar la habitación de nuevo. Sabéis que hay gente, mucha gente, una barbaridad de gente-las carcajadas inundaron de nuevo el ambiente-, que está pegada a la pantalla y que quiere veros. Sé que nos sois una atracción de feria, y podéis meteros en la habitación de vez en cuando, obviamente-enfatizó la última palabra-.

-O sea que sí que podemos entrar, ¿no- preguntó Alfred-?

-A ver, sí, podéis. Pero de vez en cuando.

-Y cuando es de vez en cuando?

-Pues hija, de vez en cuando... no es meterte cuando no llevas ni media hora aquí, Amaia.

-Vale, vale lo siento.

-Bueno a ver, una vez aclarado esto... Sé que lo lleváis esperando desde que llegasteis. Ya no hay que esperar más: Las javas están aquí.

Todos se giraron de forma brusca para encontrarse con sus profesores de interpretación junto a la puerta. Al verlos saltaron de sus sitios y corrieron para reunirse todos en un tierno abrazo. No es que llevaran mucho tiempo sin verles, ni mucho menos. La mayoría de ellos había estado al menos una vez en su casa, si no habían sido más, durante las últimas semanas.

-Jolín, que emoción veros a todos de nuevo en la academia-se emocionó Javi ambrossi.

-Que sepáis que a mí no me han dado ese recibimiento- se quejó la catalana. Esto hizo que todos se dirigieran de nuevo a ésta y la abrazaran, quizás, un poco demasiado fuerte.

-Por el interés te quiero Andrés-canturreo esta mientras el abrazo se desmontaba.

-Que no... -afirmó segura Ana War.

-Ya bueno, Y, como no, no podía faltar nuestro queridísimo Manu guix señores- dijo ella inclinándose a un lado para señalar a su compañero. La escena producida pocos segundos atrás volvió a tornar el ambiente familiar y cómodo para todos y cada uno de los presentes.

Finalmente todos se sentaron de nuevo frente a los cuatro genios que se alzaban en el frente.

-Que ilusión veros aquí, es como que todo volviera al principio ¿no os parece- esta vez fue Javi Calvo quien habló?

-Totalmente-contestó convencida la benjamina del programa.

-¿Pero vamos ha hacer una fiesta de bienvenida o algo no-interrogó Raoul deseoso de disfrutar de nuevo con sus amigos-?

-Sí por favor-suplicó Aitana.

El salón se vio envuelto en risas y murmullos. Todos opinaban de forma positiva incitando a que se hiciera. A todos parecía gustarles la idea que el jóven catalán había propuesto y así lo manifestaban a voz en grito.

-Silencio... -ordenó la directora y no continuó hasta varios segundos después que consiguió hacer que el lugar volviera al silencio-. A ver, no habíamos hablado de ello y no sé si a producción le gustará la idea, pero la vamos a plantear y ya os diremos en función de lo que nos digan a nosotros.

-¿Y no podríamos prepararla nosotros-replicó Alfred quien tenía su mano entrelazada con la de su chica favorita-?

-creo que sabes tan bien como yo que no, no podemos. Pero buen intento. Ahora bajo a producciń y cuando lo sepamos os lo hago llegar.

-De todos modos contad con que sí- anunció en voz baja Javi Calvo guiñandoles un ojo a los chicos.

La catalana le miró sin querer añadir nada más.

-Y dicho esto, me retiro, A pastar majos, pero no en la habitación que nos conocemos- miró a Amaia quien enrojeció al momento.

-Sí sí, lo siento, no volverá a pasar.

Las risas volvieron mientras que ella se fue dejando a los chavales con los otros compañeros que con ella habían venido. Todos conversaban en pequeños grupos. Hablaban de lo que había pasado, de cómo habían vivido su salida de la academia y de los cambios que ésta había producido en sus vidas. Todos estaban ilusionados con su vuelta aunque tampoco les gustaba del todo volver a perder la intimidad que, en cierto modo, habían ganado desde que el programa terminó. Eso de no poder dar un beso, soltar un comentario, o dar tu opinión sin que provocará un debate exterior, realmente les agotaba. Ser perfectos, o mejor dicho, decentes, no siempre era fácil. Lo que no llegaban a comprender del todo es que todos ahí fuera los amaban tal y como eran.

Creando una nueva ciudad// AlmaiaWhere stories live. Discover now