Capítulo II

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-Amaia, Date prisa. Llegamos tarde.

-Ay Alfred, ¡ espérate-gritó la chica desde el baño mientras maquillaba su rostro-!

-¿Por qué te maquillas? Sabes que estás perfecta al natural.

-Me maquillo porque alguien decidió dejarme un chupetón en el cuello con el que, obviamente, no puedo presentarme a la entrevista. De todos modos ya te advertí de que no teníamos tiempo, pero eres insaciable Alfred.

-No te quejes tanto. En el fondo te ha encantado, no me lo niegues.

-No te lo niego, pero solo digo que podrías haberte contenido un poco con respecto al cuello- dijo la chica mientras salía del baño cerrando la puerta tras de sí.

-Perfecta.

-Que mono eres Alfred- Amaia se tiró a sus brazos abrazándolo con fuerza, el catalán cogió a su novia por la cintura y le besó suavemente en los labios-. Te quiero Alfred

-Yo también te quiero Titi.

Ambos rieron y se separaron. Alfred se dirigió a la puerta cogiendo a la joven de su mano y tirando de ella hasta salir del apartamento. 

-Y pensar que eras tú la que quería llegar a esa entrevista.

-Jolín Alfred, esto es Bullying.

Alfred abrió la puerta del garaje sosteniendola para dejar paso a su chica mientras hacía burla a la misma por sus palabras anteriores. 

-Calla, vamos a llegar tarde.

El joven estalló en carcajadas mientras la miraba poner una de sus míticas caras de preocupación. Eso era una de las cosas que primero llamó su atención. Esa chica era tan natural, siempre era ella y no tenía reparos en mostrarse tal y como era. Eso sí, tras ello siempre se arrepentía y comenzaba a rayarse y darle vueltas al asunto. Y con ello iban sus caras tan originales como graciosas.

-Jolín Alfred déjame en paz-pidió ella avergonzada.

-Que sensible está hoy Amagics...

La de Pamplona rodó los ojos y sonrió de forma boba.

-¿Piensas abrir el coche-entonó con voz nerviosa-?

-Ya está abierto- dijo este abriendo su puerta y adentrándose en el vehículo.

La chica, a regañadientes, entró también y observó al joven mientras arrancaba. Observó sus rasgos, su sonrisa, sus peculiaridades... Todo aquello que la enamoró en cuanto le vio.  Le parecía increíble cómo, de entre todas las chicas de la academia, él la había escogido a ella. Saber que estaba ahí, que la quería, de una forma u otra la llenaba por dentro. Desde que le conoció estaba más feliz, disfrutaba el doble y, por mucho que pudiera llegar a pasar no se imaginaba una vida sin él a su lado.

El catalán conducía tranquilo por la autopista de Barcelona. Las ventanillas bajadas, su chica a su lado, la música alta... Y fue entonces cuando en la radio comenzó a sonar su canción. Pero no la que presentarán dentro de un mes en eurovisión si no su cover de City of Stars. Esa canción tan mágica que, al fin y al cabo les había llevado a donde estaban hoy, justo junto al otro. Mientras la música avanzaba, el joven fundió sus voces en una sola mientras cantaba dedicando cada nota única y exclusivamente a la chica que se lo había dado todo. Desde el momento que se presentó frente a ella con un saxofón en la mano intentando llamar su atención hasta hoy mismo cuando le había despertado con el frío tacto del agua. No era la primera vez que se paraba a pensar en toda aquella locura pero siempre que lo hacía sacaba una misma conclusión. La quería. La quería de verdad, mucho más de lo que ella creía. Y para él era imposible pensar en una vida sin haberla conocido. 

Creando una nueva ciudad// AlmaiaWhere stories live. Discover now