eres como el otoño,
de cálida apariencia y frío actuar.
Ocre es tu mirada.
Bucólica, hecha para soñar.
Suave el sonar de tu voz,
como lo es el murmullo del viento.
Y el rojo de tus labios,
en los míos cuando sueño siento.
Pero yo soy el verano.
El fuego de mi pecho es caliente.
Y verde es mi alma
mientras haya esperanza que lo aliente.