Frente a todo cuanto se me escapa
me mantengo hoy, sobrecogido.
A un paso del sempiterno azul
al que tantos hombres han temido,
me mantengo como lo hice ayer,
Contemplativo ante el infinito.Incapaz de abarcar la inmensidad
a la que, tiznado, me precipito,
a punto de caer al abismo,
debo afrontar lo desconocido.Lo temo, lo deseo, lo admiro.
Soy víctima de su magnetismo
y el donaire de la marea.
Y si servidumbre es el destino,
con gallardía tomaré mi camino.