VIII

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Escuche tu risa esta mañana,

melifluo sonido de días cálidos,

y sin que te pesara mi mirada

mármol luciste entre tus finos labios.

no recuerdo qué fue lo que te dije

para nuestras miradas enfrentar,

porque tu sonrisa me hizo libre

de tener que en lo que digo pensar.

te giraste, ocultaste el rostro,

pero no me causó gran decepción.

yo no lo veo solo con el ojo,

tambien lo veo en mi imaginación.

evocando un gesto, una expresión,

un ademán o una mirada.

aún me recorre esa sensación

para la que no existe palabra.

piel oscura, cielo de la noche

arriba dos luceros, estrellas

todo lo veo al decir tu nombre

aunque solo sean simples ideas.

OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora