Julie Ferris abrió de un empujón la puerta de su oficina en la esquina de Canon y Dayton, en Beverly Hills. La agencia inmobiliaria Donovan, empresa especializada en casas y fincas de proporciones palaciegas, llevaba más de veinte años enclavada en aquel barrio. Julie trabajaba allí desde hacía ocho años. Había empezado como recepcionista mientras estudiaba en la Universidad de California-Los Ángeles. Nunca pensó que acabaría trabajando de comercial; de comercial de altos vuelos, se dijo, pensando en el dinero que ganaba cada año y en las placas que cubrían las paredes de su despacho.
Se detuvo ante el mostrador de recepción, que era de caoba oscura y brillaba como un espejp. Las mesas y las sillas estilo Reina Ana que había delante del sofá de color crudo eran también caras y estaban bien cuidadas.
-¿Algún mensaje, Shirl?- le preguntó a la voluptuosa rubia oxigenada que atendía el mostrador, el único elemento fuera de lugar en aquel interior elegante y conservador-. Quería llegar antes, pero mi coche no arrancaba. He tenido que llamar a la grúa para que me recargara la batería- se frotó el puente de la nariz, intentado ignorar el agudo dolor de cabeza que empezaba a notar por detrás de los ojos.
-Esto ha estado muy tranquilo- dijo Shirl mientras destaba una barra de carmín rojo brillante y empezaba a pasársela por los labios fruncidos. Shirl era la contribuición de Patrick Donovan al personal de oficina.
El padre de Patrick había fundado la agencia y dirigido el negocio hasta hacía tres años. Pero una apoplejía había dejado parcialmente paralizado a Alexander Donovan y había puesto a su hijo, un playboy, al frente de la empresa. Shirley Bingham era lo que quedaba de uno de sus muchos líos de faldas.
-Aquí hay una llamada de Owen Mallory y otra de un tal doctor Marsh- dijo Shirl, volviendo a guardarse el carmín en el bolso-. El resto está en su mesa.
-Gracias, Shirl- al menos, Shirl era concienzuda. Todavía estaba loca por Patrick, pero también lo estaban la mitad de las mujeres de Beverly Hills. -¿Ha llegado Babs? Tengo un cliente que está interesado en una de sus casas.
Barbara Danvers era otra agente de la empresa, y la mejor amiga de Julie.
-Lo siento, la señorita Danvers no ha llegado aún, pero ha llamado un par de veces para ver si tenía mesajes.
-Si vuelvea llamar, averigua si tiene planes para cenar. Dile que estoy harta de comer sola.
-Lo haré, señorita Ferris.
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Tan Lejos.... Tan Cerca
ParanormalJulie Ferris. Una agente inmobiliaria ambiciosa y entregada a su trabajo, está disfrutando de un dia de playa con su hermana Laura cuando el aire se carga una energía extraña y casi imperceptible . Luego bajo el ardiente sol de Malibu, el tiempo se...