Paso 1: Una cucharada de café

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Era lunes, uno de sus días favoritos pues vería a su persona favorita en el mundo. Además de por fin librarse de un tedioso proyecto de una tediosa materia.

Como todos los días, se levantó para ir directamente a hacerse un café soso. Si, era malo haciendo café, pero lo intentaba. De todas formas era solo para despertarse.

Luego de un desayuno bastante apurado, salió corriendo para llegar a horario, no quería más tardanzas en su ficha.

Por si no sabían, Namjoon es conocido por tener mala suerte, técnicamente con todo, incluso en el horario. Resulta que tenía adelantado el reloj y llegó veinte minutos antes, se maldijo.
Ya que tenía bastante tiempo, decidió caminar hasta que sonase la campana de entrada.

Namjoon solía tener mala suerte, si. Pero a veces solía aparecer una suerte divina, con complejo de diva.
Habían pasado cinco minutos de su caminata cuando llegó su mejor amigo, Kim Seok Jin.
Esta pequeña gran maravilla no solo era conocida por su belleza, sino también por su adicción por el café.
Algunas personas aburridas de su vida decían que era una mentira, que si así fuese tendría dientes amarillos, pero no conocen a este chico, para nada.

Ten- Nam en cuanto lo vió, sacó una rosa de detras de su espalda. Era una rosa especial, era un color extraño y eso le gustaba al mayor.

Oh, que lindo, gracias- a Jin si le gustaba, no le agradaba las personas que fingen, él era cien por ciento él, y se mostraba así.

Mientras Jin olía la flor a mitad del pasillo, llegó un amigo a saludar.

Eh, ¿Qué tal?-fueron las únicas palabras que salieron de la boca de aquel chico.

Bien-respondio un silencioso Namjoon. Sabía que con aquel muchacho se tenía charlas cual viento de tormenta.

Me alegro- gritó aquella persona para luego irse. Era raro pero bueno.

Jin no había emitido palabra porque le había visto antes, ya le había saludado.

Ni aquel chico ni nadie decía nada sobre el trato que se tenían Nam y Jin, era algo normal lo de las rosas o uno que otro pequeño regalo. Aunque al principio eran el tema de conversación de todo el colegio, cosa que fue difícil no dejar pasar para ambos.

Pero esta vez Jin sabía que era distinto, lo presentía. Además, las rosas que le solía dar Namjoon eran amarillas no rosadas.
Y ésta tenía atado en el tallo una pequeña cinta blanca que cubría un par de espinas.
Y aunque no era normal, no le disgustaba ni un poco, ni siquiera una cara de extrañado dejo salir hacia Nam. Algo pronto pasaría y no sabía si estaba preparado.

Coffee •Namjin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora