Туретта ღ kookmin.

Cinco: Risoterapia

Tourette.

El síndrome de Tourette comienza en la niñez.

Incluye movimientos repetitivos o sonidos no deseados (tics) que no se pueden controlar, como el parpadeo constante, el encogimiento de hombros o el uso intempestivo de palabras ofensivas.

El tratamiento incluye el uso de medicamentos o psicoterapia.

Leia cuidadosamente el rubio en la pantalla del ordenador, sus ojos viajaban de un lado al otro recopilando toda la información que consideraba importante.
Habían pasado ya dos semanas desde aquel día gris que habló con el más alto, cuando ese chico de cabellos color negro como la noche le hizo callar todas sus dudas, cuando sintió una pequeña chispa de esperanza que le decía, no todas las personas eran malas como el pensaba.

Así es-es como debería de ser, no-no tenemos, ack.. el derecho de juzgar a nadie por sus,ngh... preferencias, Ji-Jimin. 

Un suspiró salió de sus esponjosos labios, no podía creer que se había encontrado con una persona que lo entendiera y que no sintiera asco o repulsión por su compañía.
Creía que jamás sentiría algo por algún otro chico después de esa ruptura amorosa que había tenido hace ya dos años, pero Jungkook le despertaba emociones que creyó habían muerto. 

Al menos ahora sabía que era lo que el azabache tenía, tourette, después de indagar entre tanta información había un artículo que decía una buena terapia para su amigo sería darle ánimos y tratar de que sonriera más a menudo, eso hacía que su autoestima creciera haciéndole sentir seguro de sí mismo.

Los pacientes con el síndrome de tourette suelen ser muy desconfiados ya que son el blanco de burlas y críticas por las demás personas.

Comencemos a reír más, Jungkook.

Se susurraban a si mismo el rubio mientras copiaba la información en su bloc de notas.

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Al día siguiente se alistó para ir al infierno del estudio, se levantó de la cama y se dió una ducha, la manera en la que arreglaba repetidas veces su cabello de le hizo extraño al más bajo, por primera vez se encontraba contento de ir a la escuela, sabía que podría ver al chico que le robaba suspiros de una manera inconsciente, sus sentimientos se encontraban hechos un gran nudo, le temía al rechazo y que su único amigo terminará dejándolo por sus abstractos sentimientos.

Se colocó una sudadera liviana ya que la mañana se encontraba algo fría, el viento hacía que tu piel se pusiera de gallina al instante, pero eso a Jimin no le molestaba, al contrario él amaba ese tipo de clima.

Tomó su mochila y salió de su casa, como era habitual no se encontraba nadie más que él, sus padres habían salido a un viaje de negocios que duraría tres días, los señores Park tan solo se preocupaban por dejarle una tarjeta de crédito a su hijo para que él pudiera apañárselas solo, así había sido todo desde que cumplió quince años.

El viento helado le caló en los huesos, ya que este era más frío de lo que había previsto, instantáneamente caminó a paso rápido sintiendo un ligero dolor en sus pies por el repentino esfuerzo que éste hacía para dar pasos largos.
Cuando menos lo pensó ya se encontraba a las puertas del colegio, frotó sus manos y las cubrió con sus mangas, era común que Jimin utilizará sudaderas o suéteres que escondían sus pequeñas manos.

Subiendo las escaleras a paso lento, sacó una carpeta de su mochila en la cual se encontraba la tarea de los cinco cavernícolas, echó un vistazo por la puerta y ahí se encontraban dos de los chicos que solían molestarlo, no quería algún contratiempo entre clases ya que había perdido varias por irse a descansar a la enfermería después de las golpizas que le daban los mastodontes.