02

51 13 2
                                    

Normalmente el festejo era de larga duración, y este no iba a ser otro caso distinto. Rezaba mentalmente para que los centinelas estuvieran vigilando la zona y las puertas de palacio. No quería pensar si entraran a robar como el año pasado.

Tampoco quiero que le pase nada malo al rey, eso si que no. Si estoy aquí es para protegerlo y velar por su seguridad. Si no, ¿para que sigo con este trabajo?

"¡My King!" Esa era la llamada semanal del trovador, que había interrumpido los saludos del rey, acaparando su atención. "Today, es un gran day"

"Y aquí vamos..."

"A ti señor de señores,
conmovedor de corazones,
esperanza de pecadores,
consuelo de desiluciones.

No te bastó con salvarme,
no darme una nueva vida,
pues tan solo con mirarme,
me sanaste las heridas..."

Creo que yo estaba mas desesperado que el propio rey. "¿Quiere que llame a los guardias señor?"

"Prudencia." Ni me miró, sólo estaba concentrado en el de azul.

"Fuiste maltratado y humillado,
sin que pusieras ningún pero,
vendido como un esclavo,
como cordero al matadero.

Contado fuist- ¡AAHH!" El llamativo trovador calló al suelo como un peso muerto, ya que al parecer uno de los caballeros lo noqueó.

"¡Home Run!" Este amarillento soldado lo tomó del cuello y se dirigió a su majestad. "¿Que hago con el su majestad?"

"Lo de siempre." El caballero solo asintió y se lo llevó a rastras hacía otro lado que desconozco.

~

Leal | Osomatsu-SanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora