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26.

Narrado por ____
Bajé rápidamente al salón en cuanto estuve vestida. En realidad, cogí lo primero que vi del armario; unos leggins negros, una camiseta blanca con el estampado de Levis en rojo y mis vans negras. Cogí mi sudadera negra del sofá y entré en la cocina
-Papá, estoy lista, vámonos- dije mientras recogía mi pelo en una cola alta. Él asintió, recogió las cosas del desayuno y se dirigió al mueble de la entrada. Yo guardé mi móvil en el bolsillo de la sudadera y salí de casa, dirigiéndome a la de Finn. Cuando llamé al timbre, a los pocos segundos me abrió una mujer. Debía de ser la madre de Finn
-Debes de ser ____, no?- asentí y ella sonrió- Cariño! Te buscan!- gritó la mujer. A los diez segundos más o menos, vi a Finn bajar las escaleras casi corriendo
-Mamá, me voy, luego vengo- se despidió de su madre y salió de casa, cerrando la puerta tras de sí. Nos dirigimos al coche de mi padre y nos subimos en la parte de atrás. Papá arrancó y empezó a conducir hacia el hospital

En cuanto llegamos al hospital y el coche había parado, me bajé rápidamente y corrí al hospital con papá y Finn detrás de mí. En la entrada me encontré a los padres de Chandler, seguramente Grayson estaría con él
-Está bien?- pregunté intentando recuperar el aire
-Aún no ha despertado, pero sube- dijo su madre intentado no llorar. Le di una sonrisa de ánimo y entré al hospital, encontrándome a todos los demás en recepción
-Steven! Qué pasa?- pregunté acercándome a él
-No nos dejan subir a todos, dicen que tiene que ser de uno en uno- contestó él- O como mucho de dos en dos
-____, sube tú primero, eres su mejor amiga- dijo Kate acercándose a mí. La abracé y luego la miré a los ojos
-Subiremos juntas, tú eres mi mejor amiga- sonreí, pero ella negó
-Yo ya he subido. No he estado mucho rato porque no podía verlo así- yo asentí y miré a todos los demás
-Puedo subir?- pregunté
-Claro que puedes, estoy segura de que a la primera que querrá ver será a ti- dijo Christian mirándome con una pequeña sonrisa. Me acerqué a Finn y a papá, los cuales aún estaban fuera
-Voy a subir a verlo, dentro están todos- abracé a Finn y dejé un beso en su mejilla- Ahora bajo
-No te preocupes, estaré aquí- sonreí un poco y volví a entrar

Corrí escaleras arriba hasta la segunda planta, buscando la habitación 276 con la mirada, al tiempo que corría por los pasillos. Cuando la encontré, paré en seco y antes de entrar, recuperé el aire que se había escapado de mis pulmones al correr. Llamé a la puerta y en pocos segundos los ojos rojos de Grayson me recibieron
-Menos mal que has llegado- dijo el pequeño de los Riggs abrazándome. Le seguí el abrazo
-Puedes bajar con tus padres si quieres, estaré aquí hasta que alguien suba- le di una pequeña sonrisa y él asintió, saliendo de la habitación. Me adentré por completo a la habitación, y entonces lo vi. Conectado a un montón de cables, con la boca entreabierta y una vía respiratoria que le aportaba oxígeno por la nariz
-Chandler... qué te ha pasado?- susurré sentándome en una silla que estaba al lado de su camilla. Cogí su mano y pude sentir lo frío que estaba en aquel momento- Mira, sé que esto no lo escucharás, pero estoy aquí. Jamás me iré, porque lo prometimos. Pero si tú no estás no podremos cumplir esa promesa. Por favor, no me dejes. No podría estar sin mi mejor amigo, sin mi hermano de distinta madre. Por favor, quédate conmigo. Sólo pido eso, por favor- mi voz salía en un hilo y las lágrimas habían empezado a amontonarse en mis ojos. Un sollozo se escapó de mis labios, y entonces las lágrimas también lo hicieron de mis ojos. Hubiera preferido mil veces que esto me pasara a mí en vez de a él

Cuando su madre subió de nuevo, yo bajé junto a todos los demás
-Alguien se quedará con ellos?- pregunté viendo como William y Grayson subían a su habitación
-Sólo dos más- dijo una enfermera desde recepción
-Tú y Kate, sois sus mejores amigas- dijo papá. Miré a Kate y ella asintió con la cabeza, así que nos fuimos despidiendo de todos uno por uno
-Adiós papá, adiós Finn- abracé a mi padre y luego besé a Finn. Cogí la mano de Kate y subimos a la habitación de Chandler, de vuelta a la cruda realidad