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Patrick se estacionó enfrente de la puerta de la escuela y dejé de salir un pequeño suspiró.

- Bien campeón nos vemos más tarde - se despidió Patrick con una sonrisa mirándome por el retrovisor, le devolví la sonrisa. 

- Adiós Patrick, adiós Cass y adiós niños - dije mientras me bajaba del coche.  

- Pórtate bien muchacho- dijo por el vidrio Cassandra.

- Claro - conteste calmado, hace una semana se habían acabado las vacaciones de verano y ya estaba apunto de terminar la escuela para iniciar la universidad, un abrazo fuerte hizo que saliera de mis pensamientos.

- Buenos días, listo para terminar rápido la escuela? - me apretó con un poco más de fuerza. 

- Buenos días a ti también , Adam  - mi amigo rubio sonrió, me soltó y nos dirigimos ala entrada de la escuela, todos los estudiantes estaban por los pasillos hablando y saludando a Adam sin ni siquiera volteando a verme, con tranquilidad llegue a mi casillero y Adam al suyo, que curiosamente estaba al lado mío.

 Adam es mi amigo de la infancia y parte de la adolescencia, siempre ha estado hay para mí y más después del accidente de mis padres, el es muy popular por ser hijo de la directora, por sus notas casi perfectas y por ser parte del equipo de baloncesto de la escuela, sus grilletes son el orgullo, la avaricia, la ira por sus problemas del control, y como todo adolescente normal la lujuria, sin embargo, tiene un gran corazón y siempre esta cuando lo necesito sin importar si hay una fiesta a la que asistir, según el, primero soy yo y luego los demás.

- Sabes que no entiendo- dijo Adam de repente y pare unos segundos para voltear lo a ver.

- Qué? - pregunte curioso.

- Tu siempre vienes conmigo y nadie te saludo, como si fueras invisible o algo así- hizo un puchero y yo empecé a reír por sus ocurrencias.

- Sabes que me gusta pasar de desapercibido - digo encogiéndome de hombros restándole importancia al  asunto.
- Pero no lo entiendo, eres guapo, eres parte del club de atletismo, eres el mejor de calificaciones por no decir excelente y te llevas perfectamente con todos los profesores de la escuela - empezó a enumerar mientras caminábamos al salón.

- Si bueno me gusta pasar desapercibido, ya sabes que no me sienta bien ser un estirado millonario que se cree genial- llegamos al salón y nos separamos el del lado derecho hasta el fondo con sus compañeros de baloncesto y en la tercera fila del lado izquierdo, a tres bancas de distancia del escritorio.

Hoy tocaba matemáticas y de mi mochila saque un cuaderno de color azul y amarillo son orgullo y avaricia que eran los grilletes más grandes que tenía el profesor.

- en vista que la mayoría ha reprobado, esas personitas se quedarán después de clases para repasar y estudiar para la recuperación- y así profesor empezó a entregar todos los exámenes hasta llegar a mi lugar- felicidades joven Stuart como siempre una A+ - dijo mientras me entregaba el examen un suspiro de alivio salió de mis labios, valió la pena desvelarme todo un fin de semana.

Las clases pasaron rápido y sin contratiempos junto con unas cuantas tareas, salí del salón para ir ala cafetería y comer un poco pero una mano me tomo del hombro.
-Joder casi y no te alcanzó- dijo Adam respirando dramáticamente.

pecados ligerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora