NI ELLOS MISMOS

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Capitulo beteado por @FranyHQ

Han pasado muchas cosas en estos tres años. Él no puede evitar recordar a cada momento todas las vivencias que ha pasado con ella, no olvida la primera vez que la vio. Su piel blanca, sus enormes ojos azules los cuales eran tan intensos e inocentes que eran un reto ignorarlos.

La pelea instantánea que se dio, al sentarse frente a frente con el casco y el martillo dispuesto a jugar, para después volverse villanos y pasar a las manos. Los siguientes sucesos que vienen a su mente lo hacen sonreír por que seguía pensando en ella, junto a ella. Sobre todo, ahora que la ve frente a él, parecía un chiste.

Que alguien haga entrar en razón a este joven, que no jueguen con él, ni con su corazón que empezó a acelerarse, por que luego de lo sucedido hace tres años pensó que nunca más la volvería a ver.

La última vez que la vio fue cuando apareció delante de él de la nada. Corrió junto a su enorme perro blanco, no quito la vista de ella, quien no se había percatado de su presencia (mejor para él, en ese momento) ya que pudo observarla hasta que ella giro por la esquina perdiéndola de vista. El sobresalto que causo en él – adiós expresión monótona- con solo verla unos instantes, ya convertía su día entero en uno bueno.

Lo siguiente que supo de ella fue tres días después, según le contó el chico de lentes. Habían recibido un nuevo trabajo, algo que prometía mucho monetariamente, extrañamente Kagura no quería ir, hizo un berrinche que impulso a que tanto Gintoki como Shinpachi la tuvieran que arrastrar hasta la puerta. Fue entonces cuando Gintoki la convenció dando su palabra de darle la mitad de la paga.

Y fue que algo peor que un berrinche sucedió y aquel sol que iluminaba sus días no apareció más ante su vista.

Ahora se encontraba frente a su persona.

Sus cabellos estaban recogidos como habitualmente lo hacía cuando la conoció, y aunque la última vez que la vio lo llevaba suelto no lo termino por desencajar, no lo sorprendió tanto. Mas sorpresa es al verla de espaldas, el cabello recogido y aparentemente corto hacia que el pudiera ganar una buena vista de su figura y cayó en la realidad al verla hasta los pies.

Él la recordaba con una figura más madura, la más preciosa que habían visto sus ojos, Kagura había crecido volviéndose una mujer de curvas como de una guitarra, era como un imán que lo atraía y no podía quitar la vista de ella. De su cuerpo, de sus ojos y en especial de sus labios, hipnotizado por algún roce con ellos. A veces se despertaba abrazando la almohada, soñando con ella, abrazando el cuerpo femenino, dando palabras de amor tan cursis que ni creía ser capaz de decirlas en verdad y además la besaba. Los besos intensos y largos. Aquellos sueños eran tan vividos que se sofocaba cuando ella le decía que lo amaba. La respiración le pesaba al despertar y lo ponía nervioso de su próximo encuentro en el mundo real.

Sin embargo, ahora la veía más delgada, pequeña, si la abrazaba sabía que su cabeza quedaría aún más debajo de su mentón.

No pudo evitar morderse los labios, y el que su pecho hincara intenso. No había vuelto a sentir un dolor como aquello desde hace tres años. Decidido avanzo hacia adelante en dirección a ella, cerró los ojos con fuerza mientras respiraba profundo. Al abrirlos se afirmó con fuerza a la abrumadora y desconcertante verdad.

Saco su mano del bolsillo de la gabardina que guarda calor, para que esta desnuda se mojara con la lluvia intensa. Parece que esto llamo la atención de la figura femenina frente a sus ojos ya que giro a encararlo. Entrecerró los ojos tensando su mandíbula, la lluvia no afectaba a Kagura, acerco su mano para tratar de tocar su mentón, siendo imposible el contacto ella, la bermellón alzo la mano también ansiando un pequeño toque.

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⏰ Última actualización: Aug 25, 2018 ⏰

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