I.

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Recomendaría leer el capítulo con la canción, y verán la magia bbys


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"Estamos condenados, en la locura, en la miseria, pero seguimos estando juntos, mi pequeña presa"

  
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Dos semanas antes...


Los reflectores, la oscuridad, sangre, sudor y lágrimas era lo que componía la atmósfera del lugar. Olía pésimo, pero una vez que entrabas te acostumbrabas, al igual que al el ambiente de mal augurio que se formaba. Para Jimin esto ya era pan de cada día, de hecho le gustaba demasiado, la manera en la que su cuerpo se movía al son de la música no lo cambiaría por nada del mundo y valía la pena soportar lo desastroso que era su lugar de trabajo.

Su turno comenzaba a las 11 p.m, pero siempre llegaba dos horas antes para calentar y estar preparado para la función, era perfeccionista, no permitiría ningún error en su rutina porque de ella dependía literalmente su vida.

Faltaba media hora para que su prestigiosa y aclamada actuación sobre el tubo empezara, últimamente se había convertido en el favorito no solo de las personas que concurrían el lugar, sino también de su jefe, y es que era obvio, gracias a Park el dinero le llovía. Jimin podía oír desde su camerino las voces que aclamaban su nombre de pila con euforia y excitación, eso lo emocionaba, le ponía la piel de gallina.

No le gustaba mostrar demasiado, su vestir era lo suficientemente provocador para dejar a todos boquiabiertos, y solo eso era necesario para conseguir "dinero fácil". El pelinegro vestía de unos ajustados pantalones negros que entallan muy bien su cintura, además de una camisa traslúcida del mismo color. ¿Sexy, no?, y claro, la inflatable máscara para ocultar su ya dañada identidad.

—Hey Chim, sales en 10.

Anunció Jackson, el jefe de Jimin. Este solo asintió despegando solo un poco la mirada del espejo. Se sentía muy nervioso, y no saber el motivo lo intrigaba.
Se levantó, respiró profundamente y caminó hacia el escenario; con cada paso que daba, se iba desatando la bestia que solo aparecía mientras danzaba, libre.

Los reflectores se apagaron unos segundos y volvieron a encenderse para darle suspense a la llegada del esperado bailarín de la noche.

Y la música comienza.

El pelinegro comienza a mover su pelvis mientras levantaba su cabeza y tocaba con desespero su cuerpo. Habían gritos de mujeres e incluso hombres pidiendo que este se acercara a ellos, Jimin obviamente no se negó.

De un tirón reventó los botones de su camisa dejando ver el marcado abdomen del joven Park. Cuando se halló en el borde del escenario, los billetes no tardaron en ubicarse en su zona baja, calculaba que tenía alrededor de 100 dólares.

El cuerpo de Jimin estaba desposeído de su alma, se movía sin ninguna matiz y los billetes llovían. Alguna que otra manoseada sobre él pero no le dió importancia, se sentía bien, demasiado bien.

Mordía su labio de vez en cuando, y cada vez que lo hacía, el público chillaba. Eso significaba que lo estaba haciendo bien, justo como lo había planeado.

La pista estaba terminando, se despegó del borde para volver al tubo y pegar su espalda contra el mientras bajaba lentamente. Dio una vuelta y quedó de frente con el tubo para darle una lamida cómo termino del show.



BESTIA || YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora