Sebastian Estacado, hijo del desaparecido mafioso Jackie Estacado. Heredero de la maldición que los conlleva por generaciones, la oscuridad, un ente con una insaciable sed de sangre y muerte.
El Lúmina es la representación más pura y viva de la luz...
- Eres el hijo de ese asesino. ¡Por su puta culpa no tengo familia! - Dijo otro.
- ¡POR FAVOR PAREN! ¡NO LES HE HECHO NADA, ME DUELE! - Grité lleno de desesperación por el dolor.
- ¡Cállate! - Dijo un tercer hombre. Este mismo me pisó la cabeza contra el suelo, rompiéndome la nariz.
El tiempo pasó, no sé cuánto. Los 3 hombres me dejaron tirado en aquel callejón. Golpeado, maltratado, confundido del por que hacían eso. Mis ropas están hechas tirones y tengo frío. Solo tengo 7 años, ¿Qué les hice? Soy el hijo de un jefe de la mafia, pero no tengo la culpa de eso. ¿Por qué le dicen demonio?
Me arrastre hasta una pared de aquel callejón e intente levantarme, me resultó difícil un golpe que tenía en la pierna y solo podía cojear. Mientras cojeaba escuche algo que me heló la sangre.
- ¡El hijo del demonio se fue por ese callejón! ¡Ese hijo de puta está escapando! - escuché a lo lejos, intenté correr pero solo podía dar pequeños saltos. Los golpes en mi pierna me dificultan mucho el caminar, y estar en la noche sin calzado alguno agudiza más el dolor en mis pies.
Tenía una resistencia considerable por correr casi todos los días de mi vida, pero en este estado ellos me pueden alcanzar fácilmente. Mientras corría mire para atrás y vi a una multitud, por hacer eso caí al suelo por resbalar con una lata. Solo sentí las patadas, puñetazos y rodillazos en mi cuerpo, el como mis huesos crujen y mi conciencia se desvanece. No intento gritar ya que nadie me ayudara.
De repente ya no siento nada, no siento dolor, no siento miedo, no siento desesperación, nada. Solo escucho gritos de dolor, huesos rompiéndose e incluso disparos, abrí los ojos y la multitud de 16 personas fue reducida a solo montículos de carne. El color carmesí cubría el suelo y las paredes del antes gris callejón, yo solo vomité y salí huyendo de ahí porque ya estaba escuchando las sirenas de los policías
~ 10 años después~
Olvidé decirlo antes pero tengo cabello negro un poco largo y ojos verdes oscuros. Tengo 17 años y tengo una complexión normal, algo atlético por las peleas en las que he estado a lo largo de mi vida. Mido 1.78 y soy de piel blanca.
Hace 10 años pude ver por primera vez el porque del odio hacia mi. Aparte de ser el hijo de un mafioso, era "la oscuridad". Ese día había encontrado una camisa amarilla y unos zapatos café.
La oscuridad se manifestó, en lo que puedo comprender, como dos cabezas de serpientes bastante bizarras que salían de mi espalda, junto a lo que parecían ser unas 4 patas de araña, o cangrejo, hechas de sombras. Me vi en un pedazo de cristal que estaba ahí y tenía los ojos negros y rojos. Las dos cabezas de "serpiente" tenían los ojos de un color completamente rojo, excepto una que se notaba un leve tono amarillento.
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Ese día me asuste tanto que caí al piso, y al revisarme de nuevo ese estado ya había desaparecido. Ahora controlo mejor la oscuridad, casi siempre me habla y es para que me aleje de la luz. He intentado comunicarme con ella, pero casi nunca obtengo respuesta. Las pocas veces que si, no logro entender bien lo que se supone que dice.
Ahora vivo en una casa un poco alejada de la ciudad, voy a una escuela pública donde siempre me tapo la cara con una mascarilla. Usualmente robo tiendas pequeñas, o a personas con bolsas de mercado, para no morir de hambre.
Cada tanto tiempo, busco por las calles a algún desgraciado que me quiera asaltar, vagabundo o al primero que me encuentre. Los mato, y alimento a la oscuridad con sus corazones. ¿Por qué voy a sentir remordimiento cuando ellos no lo tuvieron, casi matándome en incontables ocasiones?
Cambiando de tema, me conocen como "Black Reaper" por estos pequeños asesinatos. Creen que soy un asesino serial, o algún bastardo trastornado con tendencias caníbales. No están muy equivocados.
Cambiando de tema, ahora mismo estoy a punto de entrar a un edificio abandonado donde suministran y trafican drogas. Tengo entendido que ahí se mueve mucho dinero, y eso es lo que quiero.
Tengo una camisa café, pantalón deportivo negro con unas líneas blancas a los lados y zapatos deportivos blancos, con un tipo de capa con capucha de color negro. Esto es perfecto para pasar desapercibido, y aprovechando que es casi media noche, será excelente.