Sticky Note #34

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Steve hizo sus cosas como habitualmente, se levantó súper temprano porque sabía que Tony también lo hacía, necesitaba hablar con él sobre esas notas.

Tendió su cama y se cambió de pijama a su ropa casual.

Fue al laboratorio de Tony lo más rápido posible, no se encontraba en el. Fue corriendo a su habitación, a la sala de estar, a la cocina, al comedor, en ningún lugar estaba.

Se estaba desesperando rápidamente, estaba perdiendo la paciencia.

Escucho la cadena del baño bajarse, fue corriendo al lugar del sonido.

— Oh, vaya ¿Que hace tan temprano despierto señor Rogers? —dice Tony mirándolo hacia arriba, ya que efectivamente era más alto que él—. ¿Acaso ya no tengo la privacidad de ir al baño?

— Lo siento, Tony. Pero necesito hablar contigo —Tony se pone nervioso.

— JARVIS, manda al Mark cuarenta y tres en vuelo

—¿Tony, a donde crees que vas? —Steve trata de pararlo, pero no pudo.

— Ventana de seguridad, JARVIS —Tony va corriendo hacia la ventana de seguridad, va con más velocidad y más velocidad—. ¡JARVIS! —Tony sigue corriendo y cierra los ojos.

Va en caída libre y antes de llegar al suelo el traje se abrió rápidamente debajo de él, permitiéndole volar antes de chocar contra el piso.

Steve se asoma por la ventana que acaba de abrir y como acaba de hacer un acto suicida. En menos de un minuto había un Iron Man volando en frente de él, se le levanta la máscara y llega con Steve con mucho vuelo, que quedan cerca, muy cerca, tanto que pueden sentir la respiración del otro.

—No podemos estar aquí, si quieres hablar hay que ir a la casa de Clint —le extiende la mano para llevarlo con él.

—¿No es más fácil irnos en un quinjet? —lo mira con cara seria.

—Sí, es más fácil, pero hay que hacer todo divertido, y que mejor que volar con Iron Man —se cierra la máscara, lo toma de la mano y se van volando a la casa de Clint.

Finalmente llegaron a la casa de Clint.

—Definitivamente no vuelvo a volar contigo —dice Steve acostado en el césped. Tony se sale del traje.

—Imagínate yo que hago esto todos los días —dice sonriendo.

Steve se le queda mirando, se le queda mirando a su sonrisa. Ve como tiene una perfecta dentadura, y más brillosa que las personas de los anuncios Colgate.

—Sí, pero tú, tú eres Iron Man, ya estás acostumbrado, yo solo lanzo un escudo de vibranium.

Tony se acuesta al lado de Steve en el césped.

— Bonito día como para estar recostados en el césped, justo lo que estamos haciendo ahora —dice Tony mirando al hermoso cielo anaranjado.

Tony mira a Steve, observa su cabello rubio, sus ojos azules, su perfecto perfil. Está demasiado enamorado de él.

— De lo que te iba a hablar era, pues no sé como decirte esto —voltea a ver a Tony, se siente la tensión entre los dos—. se que tú me envías notas, no me molesta en realidad me agrada, es un gesto demasiado, demasiado bonito y la verdad es qu-

Antes de que terminara de hablar, Tony estaba besando a Steve, no sabía cómo ni en qué momento empezó. Tomado de la cara seguía besándolo, al parecer ninguno de los dos quería quitarse de ese beso. Pero, por la falta de aire se necesitaban separar.

— Lo siento, fue un impulso —dice Tony apenado separándose de un Steve sonrojado—. Es que no te callas, hablas mucho y la única forma era besarte.

— No me dejaste terminar... 

— ¿Acaso necesitabas terminar? —dice Tony sarcástico y con una sonrisa de oreja a oreja.

Sticky notes to SteveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora