En Hyungwon ahora se encontraba curiosidad, tanto por el suspenso que mantenía Wonho como la manera en la que aquellos espíritus en la naturaleza se estremecían con tan solo mencionar al dichoso Minhyuk. Incluso el rubio había palpado la silla que antes ocupó su delgado camarada, en un mensaje claro de que tomara asiento de nuevo antes de seguir con sus actividades.
—Te lo diré, solo para saciar ese deseo que tienes. —
—Ah. ¡Estoy tan lleno de expectativas! — Exclamó Hyungwon mientras cruzaba las piernas y recargaba su larga espalda contra el respaldo de la silla.
—Tampoco es para tanto. . . Ni hay mucho que decir. Quizás, no llegarás a comprenderlo o creer que realmente sucedió así. — Asumió Wonho, a su vez recostándose para al fin hablar del tema principal.—Shin Hoseok, yo puedo creerlo todo. No me interesa qué tan imposible o fantasioso sea tu relato. Pero anda, dilo de una buena vez. —
Hoseok rodó los ojos irónicamente, dejando a sus manos descansar encima de su pecho que pacíficamente se hinchaba y relajaba a como su respiración continuaba. Imaginar y recordar eran sus pasatiempos preferidos, después de pintar, por supuesto. Hyungwon, en el silencio de su puesto y analizando una florecilla que había crecido en el pasto a un costado de su asiento, podía percibir el latir de un corazón tímido; el nerviosismo y la dopamina invadiendo a Wonho. Le hacía preguntarse la magnitud de las cosas.— Ocurrió en una de las fiestas que Son HyunWoo organiza frecuentemente, aunque esta fue unos meses atrás. Tú más que nadie entiendes que debo mezclarme, como un artista pobre, para que la alta sociedad no piense que soy un cromañón. Me puse un traje blanco y un pantalón con detalles dorados, para ganar reputación como tú me habías dicho. —
Hyungwon sonrió ante esta declaración, girándose entonces para prestar aún más atención al relato del de apariencia atlética.
—Como por eso de diez minutos de haber llegado y charlado con gente más cubierta de ropa innecesaria que un perchero, pude sentir que alguien me miraba. . . Ahí fue que lo ví por primera vez. Sus ojos hicieron que me pusiera pálido y permanecí petrificado. —
—Que de por sí parece que el Sol se ha olvidado de ti. — Masculló, mofándose el lord de la tez lechosa de su compañero. Por suerte, el otro se hallaba inmerso en el recuerdo, incapaz de gastar su tiempo y saliva en una broma e interrumpirse.— El terror vino hacia mí, porque sabía que alguien con una personalidad tan fascinante como la de Lee Minhyuk sería capaz de devorarme entero, de consumir todo lo que soy. Mi forma de ser, mi alma. . . Mi arte. Solo si yo lo permitía. —
Fue entonces que mientras decía aquello, Wonho pronto vió venir una apoplegía, metafóricamente. El deseo dentro de él ardía con locura. La risa de Minhyuk daba cosquillas a su piel y el rojo de su sedoso cabello descansaba en el bien formado vientre del artista. Carraspeó para omitir semejantes fantasías, prosiguiendo con su historia antes de que Hyungwon pudiera notarlo.
—Me conoces más que a nadie. Yo soy un hombre independiente, que no necesita la influencia de nadie ni la desea. Así era yo. . . Al menos hasta que le conocí. Con solo hallar su mirada atada a la mía, supe que el destino tenía felicidad y tristeza esperando pacientemente a que yo la recibiera con los brazos abiertos, aceptándola. Sentí tanto miedo que, con toda la intención, iba a abandonar el salón. No fue mi consciencia de esto, sino mi cobardía. Creéme, para nada me encuentro orgulloso al considerar huir de ahí. —
— Pero al final de cuentas. . . Son lo mismo, Hoseok. Solo que la consciencia es la versión firme. — Corrigió el castaño, alzando su mirada al cielo y consecutivamente guardando silencio para que siguiera la historia.
— Ninguno de los dos cree eso, no deberías mentir al respecto. Sospecho que fue mi orgullo lo que me hizo más lento, pero justamente cuando me encontraba a unos metros de la salida, HyunWoo se puso en mi paso. "¿No es demasiado pronto para irse, Shin?"— Wonho imitó la profunda voz de el tan destacado y pomposo Shownu, que con gran ánimo invitaba al artista a sus reuniones repletas de manjares y buena música en salones adornados por el barroco, algo que fascinaría al mismísimo Dionisio, sin importar que era la primera ocasión en la que compartían un espacio cerrado.
— No sé si lo has notado, pero su voz se vuelve cantarina cuando grita. Es un barítono gracioso. —
— Oh sí, es todo un oso en lo que conlleva, menos por lo terrorífico de una bestia. — Argumentó a su vez el lord, arrancando algo de las hierbas del suelo para después espolvorearlas con desinterés.
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HIS PICTURE.
FanfictionDonde Minhyuk aprende por medio de los placeres que no puede tenerlo todo. © ; Lee. Adaptación e inspiración de The Picture of Dorian Gray escrita por Oscar Wilde.