La fuente

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Era simple y lento el beso,

los dos parados bajo aquel cerezo,
una caricia que pretendía el tiempo medir,
mis manos a tu cintura, que más se podía pedir.


Envueltos en la brisa de pétalos,
era el viento revolviéndolos,
y las hojas cayendo a nuestro alrededor,
eran bellos momentos sin ningún temor.


Era un aroma que trataba de seducirnos,
y sentíamos el frío o solo era el calor al mirarnos.
Un sonrojo en tu mejilla,
resaltado por el sol que para nosotros brilla,
e ilumina tu sonrisa,
rozando tu nariz nos provoca la risa.


Apoyado sobre el calor de tu frente,
porque de amor tu eres la fuente.
Y jugamos, como niños corrimos,
tan jóvenes como alguna vez fuimos.


Nunca fue amarte una locura,
en mi vida era la única señal de cordura.
Era tu ternura por la que llegue a amarte,
que suerte tuve al encontrarte.

Amores contrariadosWhere stories live. Discover now