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Capitulo numero uno
La casa de Bootle town

Las nubes hacían pequeños turnos para cubrir por pocos minutos al bravo sol que quería brillar para todos, el funeral había concluido y ya se había acordado que a la mañana siguiente los restos de la mujer serian convertidos en polvo.

Te vi con la mente en otro lado. — hablo el hombre cuarentón extendiendo sus llaves hacia la puerta de su auto, mientras trataba de observar como la chica con vista pérdida apenas le prestaba atención. —Todavia...

No tienes derecho a decir eso. —Reacciono la joven al darse cuenta de las palabras, sus ojos se abrieron con demasía, era muy acusador de su parte hablar de algo como eso.

Solo bromeo. —el hombre solia meter la pata pero siempre sabía como omitirlo.

Los dos entraron al carro sin decir ni una sola palabra, lo único que resonaba en el interior del transporte era como se acomodaban y colocaban los cinturones para un viaje seguro. El reloj marcaba las tres de la tarde, el sol aun quería resaltar entre las nubes y justo cuando las llaves de el hombre activaron el medio de transporte, la radio despavorida comenzó a indicar que era hora de hacer pedidos junto a dedicatorias.

Ella le hubiese gustado una canción con dedicatoria en la radio. —hablo con voz ronca mientras arrancaba el auto.

Lo se... Pero no tengo ánimos de nada. —la muchacha saco sus audífonos y los encajo en su celular. —Ella lo entendería ¿No crees? —se los coloco, se acomodo y cerro sus ojos tratando de evadir cualquier idea que le recordara a la mujer.

El hombre asistió mirándola fugazmente para seguir con la mirada clavada en la vía, su cabeza comenzo a arder fue así como callo la radio. Todo lo demás fue un silencio placentero, tanto asi que en un santiamén habían llegado a su destino...

Despierta, ya estamos aqui. —la removió de su asiento viendo que aún permanecía con los ojos cerrados, ésta en respuesta los abrio frunciendo el ceño.

Estaba despierta, solo disfrutaba la música.

La joven salio del auto y se acerco a la alargada casa, la melancolía se desbordaba en sus ojos, una pequeña sonrisa se asomo en sus gruesos labios; habían pasado casi seis años desde la ultima vez que sus pies habian pisado aquella acera, hace seis años sus ojos no veían la alargada casa.

¿La pintaron? —se fijo en un detalle que no formaba parte de sus recuerdos

—¿Los marcos de las ventanas? Si, Gabriela quería hacerla diferenciar de las otras. —le contesto mientras se estacionaba correctamente. Era cierto que la casa tenia un gran parecido a las que estaban alrededor pero para la chica esa casa siempre sería única, la recordaría asi todas fueran mas que copias.

wise up《 the beatlesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora