-¿Enserio creíste que buscaría a otra teniendo a mi mujer en casa? - dijo. Sus brazos abrazaban mi cintura y sentía como todo ese odio y celos se iban desvaneciendo de a poco.
Sonreí para mi misma y deje de forcejear con él. Por muy enojada que estuviera con él no podía dejarme llevar por sus caricias y estúpideces.
-Eres un idiota -dije. Enderecé mi espalda y tapé mi rostro. No era una de sus mejores bromas.
-Lo sé, pero aun así me amas -dijo egocéntrico. Si, lo amo. Bastante a decir verdad, pero no podía jugar con eso, menos después de lo que paso. ¡Casi habíamos tenido sexo en el sofá y él hace una broma de ese calibre!. Menudo imbécil.
-No sabes lo horrible que fue eso...
-___ solo fue una broma -dijo. Para mi no lo había sido... ¡No puede ser tan idiota!. Saqué sus brazos de mi cintura y lo miré.
-No puedes bromear con eso después de que casi tenemos sexo en el sillón. ¿¡Estas loco!? -pregunté. Se que me estoy saliendo de mis casillas, pero es que... ¡Ug!.
Zayn me miró, cerró levemente los ojos y puso sus manos a cada lado de su cintura.
-Solo fue una broma... De mal gusto, pero nada más
-Muy, pero muy mal gusto Zayn
-___... no pensé que lo tomarías tan mal
-Lo que pasa es que tú nunca piensas -dije. Y me di cuenta de que estábamos yendo por un camino en que la única llegada era una gran discución. Quería parar mi lengua, pero estaba muy enojada para hacer eso - Enserio nunca piensas
Zayn dejó su postura firme para darme la espalda y caminar de vuelta a la sala. Incliné mi cabeza hacia un lado y me quedé ahí parada esperando que mi cuerpo reaccionara y hacer algo al respecto.
Ahora podía moverme y por ende tenía la capacidad de ir hacia donde él estaba y arreglar esto. Caminé con paso lento a la sala y me encontré con un cuerpo estirado sobre el sofá con control en mano, cambiando los canales de la televisión. Hay que admitirlo, lo que acababa de pasar en ese mismo sofá había sido muy lujurioso y excitante, pero habíamos roto todo eso discutiendo.
-Somos un par de idiotas, ¿no lo crees? -le pregunté sentándome encima de sus piernas.
-Esta más que claro
-Aunque tú eres aun más idiota -dije riendo. Sentí como sus piernas se tensaron y a los segundos estaba encima de él. Lo miré como la primera vez, como si fuera el único hombre en este mundo, el único quién me viera de la misma forma en que el me veía a mi.
-Eres hermosa -susurró. Sentí como las mejillas se enrojecían y mi cara ardía. Nunca me acostumbraría a estar con él, a verlo todas las mañanas conmigo cuando un día creí que todo lo que ahora me pasaba nunca iba a ocurrir.
Decidí responderle a su piropo, si es que podíamos decirle así.
-Tú eres sexy -confesé. Zayn lo tenía más que claro, pero su reacción era otra. Frunció el ceño e hizo una mueca con sus labios.
-¿Sexy yo? -preguntó casi ofendido.
-Ay no, lo siento, Harold es así, tú eres uno común y corriente -dije. Y sentí que las había cagado otra vez, pero fui más rápida que la ira de Zayn.
Agarré su rostro con ambas manos y lo besé. Sus labios estaban igual que siempre. Me atraían y me dejaban con ansias de algo más. Era casi incontrolable no besarlo. Mis labios se movían tiernamente juntos con los de él y él luego de unos segundos respondió de la misma forma que yo.
-Él nunca será como tú, nunca -y volvía a besarlo. Talvés esta era una de las mejores formas de arreglar las cosas, por que no se me ocurría absolutamente nada mejor.
Me separé de él luego de unos segundos temiendo de su reacción a mi pequeña y estúpida broma.
-Realmente no son buenas tus bromas
-Las tuya tampoco -hice una mueca.
-Aun así diciendo bromas pesadas te amo -dijo mirándome a los ojos. Y por fin en media hora sentí de nuevo esas maripositas salvajes dominar mi cuerpo. Me preguntaba si me afectaría en algo hacer el amor con Zayn en este sofá.
